“Ecobertura fabrica feromonas de algunas polillas de manera muy eficiente, ahorrando tiempo y recursos materiales”

Fernando Pinacho – director y cofundador de Ecobertura
Canarias es la Comunidad Autónoma que ocupa el primer lugar en el consumo de productos fitosanitarios en la agricultura (Kg/ha) de toda España. Para ayudar a poner solución a este problema ha nacido recientemente Ecobertura, primera empresa de las islas dedicada a producir feromonas sintéticas para reducir el uso de los fitosanitarios que combaten las plagas. La firma localizada dentro del Instituto de Bio-Orgánica Antonio González, de la Universidad de La Laguna (ULL), fue fundada por Fernando Pinacho e Iratxe Guerequiz. Tiene como objetivo inicial “atender toda la demanda de feromonas de nuestras islas y no depender de proveedores externos; y darnos a conocer y tener presencia en la Península y la Macaronesia”, según explica Pinacho a CANARIAS EMPRESARIAL.
-¿Otras empresas han creado productos similares a los que fabrica Ecobertura?
“Es muy importante mencionar que la investigación y la utilización de las feromonas como método alternativo para el control de plagas empezó en los años 70. Sin embargo, a partir de la década de los 90 fue cuando empezó a ganar fuerza. Existen empresas en distintos países y en la península que se dedican a la fabricación y distribución de feromonas, pero la clave para estimular el uso de las feromonas está en concienciar al agricultor y en el precio. Nuestra empresa, Ecobertura, ha desarrollado un proceso de fabricación de feromonas de algunas polillas que permite obtener las feromonas de manera muy eficiente, ahorrando tiempo y recursos materiales”.
-¿Para qué tipo de cultivos está especialmente indicado el uso de las feromonas sintéticas que fabrica Ecobertura?
“La utilización de las feromonas se puede utilizar en cualquier cultivo donde la presencia de ciertos insectos represente una pérdida económica importante, y cuya feromona esté disponible comercialmente. Cuando nos referimos a insectos, hablamos de moscas, escarabajos, etc., no solo polillas. Refiriéndonos en concreto a las polillas, generalmente, cada cultivo se ve afectado mayoritariamente por un tipo específico de polilla. Por ejemplo, el cultivo del tomate se ve afectado por la polilla Tuta absoluta, la vid se ve afectada por la Lobesia botrana, las papas se pueden ver afectadas por dos tipos de polillas: Tecia solanivora y Phthorimaea operculella. Para cada una de esas polillas las feromonas están disponibles comercialmente y lo más importante es que el uso de las feromonas actúa de manera muy específica, es decir, solo actuará sobre la especie de polilla para la que fue sintetizada. Con eso, otros insectos que son beneficiosos para el cultivo, así como el agricultor y el consumidor final no se verán afectados”.
-¿En estos cultivos se puede eliminar totalmente el uso de fitosanitarios, sustituidos por feromonas sintéticas?
“Partiendo de la condición de que el cultivo se vea afectado exclusivamente o mayormente por una plaga cuya feromona esté disponible, se podría decir que sí. Pero hay que tener en cuenta que los cultivos se ven afectados por múltiples plagas y no todas son tratables con feromonas. Lo que sí puede garantizar es una reducción importantísima del uso de fitosanitarios. En la actualidad, hay tres maneras de utilizar las feromonas: 1) en el monitoreo de la plaga; 2) en la captura masiva; 3) con funsión sexual. La diferencia entre estas formas está en la densidad y distribución de la feromona que se utiliza en el cultivo. En Canarias, la manera más habitual de usar las feromonas es para monitorizar la plaga, es decir, determinar si hay presencia de la plaga y cuánto. A partir de esa información el técnico y el agricultor pueden estimar si hay necesidad de emplear fitosanitario y en qué cantidad. El uso de feromonas es una herramienta más para lo que se conoce como Manejo Integrado de Plagas”.
-En la última edición de Demola Canarias han lanzado el reto de buscar un nuevo modelo de trampa para polillas que permita el monitoreo de la captura de las plagas por medio de las nuevas tecnologías. ¿Ha sido fructífera esa convocatoria?
«La experiencia con Demola fue muy enriquecedora, ya que teníamos la idea de una trampa inteligente pero no habíamos definido cómo sería el diseño. El equipo que abrazó el reto se formó por alumnos de distintas especialidades y cada uno aportó un punto de vista diferente, junto con Iratxe Guerequiz (la otra socia fundadora de Ecobertura). Entre todas las aportaciones del equipo llegamos a un prototipo, que aunque no es un producto final y acabado, queremos fabricar algunas unidades para validar en campo. Hablar de viabilidad y rentabilidad, todavía es prematuro, pero estamos muy contentos con este resultado preliminar y tenemos altas expectativas de que conseguiremos convertirlo en un producto útil y novedoso».
-En Canarias el uso de productos fitosanitarios en la agricultura es un problema especialmente grave. ¿Ecobertura pretende dar respuesta únicamente al problema en Canarias, o piensan vender su proyecto en el extranjero?
«Canarias es la Comunidad Autónoma que ocupa el primer lugar en el consumo de fitosanitarios (Kg/ha) de toda España, por lo tanto creo que podemos ayudar a mejorar esa posición. Ecobertura está dando sus primeros pasos. Empezamos nuestra actividad en mayo del presente año, aunque el desarrollo del proyecto ya tiene un poco más de dos años. Nuestro objetivo inicial es poder atender toda la demanda de feromonas de nuestras islas y no depender de proveedores externos. A nivel internacional, podemos decir que hemos iniciado pruebas de campo con algunas de nuestras feromonas en Madeira, en colaboración con la Secretaria Regional de Agricultura e Pescas. En esta fase inicial queremos darnos a conocer y tener presencia en la Macaronesia, además de tener presencia en la Península. Para una segunda fase, estar establecidos en Península y Macaronesia, y valorar la mejor estrategia a seguir para acceder a otros mercados.
-¿Cómo van a vender el proyecto fuera: vendiendo la patente a otra empresa; fabricando el producto ustedes mismos en el extranjero; o fabricando el producto en Canarias?
«Por supuesto que tenemos presente la posibilidad de vender la tecnología a otra empresa, pero nos gusta la idea de fabricar nosotros aquí en Canarias. Está claro que la insularidad es una barrera para competir en otros mercados, la estrategia la valoraremos con más detalle cuando llegue el momento. Ahora mismo estamos enfocados al mercado en la Macaronesia y Península».
-¿La producción ecológica y sostenible puede ser el elemento diferenciador de la agricultura canaria?
«Canarias, por su climatología y orografía tiene mayores dificultades que otras regiones para controlar las plagas sin el uso de fitosanitarios, pero lo que hay que controlar es el abuso. Sin duda alguna, creemos firmemente que se puede lograr una agricultura más sostenible en Canarias, además de un notable aumento de la agricultura ecológica. Desde un punto de vista financiero, es innegable que el principal motor económico de nuestra región es el turismo y el segundo, aunque a bastante distancia, es la agricultura. Imaginemos que además del atractivo natural de Canarias pudiéramos decir que la mayor parte de lo que se come y se produce en Canarias es ecológico, sería un elemento diferenciador del que todos nos veríamos beneficiados. Gran parte del turismo de nuestro archipiélago viene de Alemania, primer consumidor de productos ecológicos de Europa. Más allá del factor económico, es crucial tener presente que hemos estado viviendo durante mucho tiempo de espaldas al medio ambiente. La preocupación de ser sostenibles y respetuosos con el entorno ya no se trata de dinero, sino de ser conscientes de que nuestra salud y la de las siguientes generaciones dependen de ello. Cada vez salen más publicaciones de estudios científicos que relacionan la exposición a fitosanitarios con diferentes enfermedades, principalmente cáncer». ●
