“El edificio estaba tan deteriorado que algunos elementos ornamentales se debieron rehacer conforme a los planos originales de 1930”

Fernando Aguarta – arquitecto, miembro de Olivares Arquitectos, equipo redactor del proyecto de rehabilitación del edificio Simón
Poco a poco y sin ayudas de las administraciones públicas se recupera el patrimonio arquitectónico de Santa Cruz. Ahora ha sido el edificio Simón, ubicado entre la céntrica plaza de La Candelaria y la calle del mismo nombre. El edificio que se construyó en el año 1930 según el proyecto redactado por el arquitecto Antonio Pintor y Ocete, por encargo de Bernardino Simón Belagay, asumía un claro lenguaje historicista. Recuperaba elementos del repertorio hindú, como los arcos aquillados y los domos que coronan los pilares del antepecho de la azotea; y neonazaríes como los haces de capiteles del entresuelo, y la serie de columnas que aprovechan el volado del balcón del piso principal.
En la década de los años 60, y hasta su traslado al edificio Anaga, la primera planta fue sede de las oficinas de la consignataria de los hermanos Herrera Hernández, propietarios de Naviera Teide y accionistas destacados de Naviera Pinillos. En la actualidad el edificio estaba declarado en ruina, y su propietario el Grupo Ideal ha acometido la rehabilitación, encargándole el proyecto a Olivares Arquitectos. Según recuerda a CANARIAS EMPRESARIAL el arquitecto Fernando Aguarta, “el edificio estaba tan deteriorado que algunos elementos ornamentales se debieron rehacer conforme a los planos originales”.
-¿En qué fase se encuentra el proyecto actualmente?
“El proyecto consta de dos fases. La primera fase se centra en el envolvente del edificio. Se ha concluido ya prácticamente, estamos con retoques en la parte alta. Hemos hecho una demolición del interior del edificio, y se ha hecho una estructura nueva interiormente, se ha rehabilitado la fachada, y por último, la remonta, el ático de la parte superior, se ha hecho completamente nuevo con una arquitectura contemporánea frente a la rehabilitación de la fachada. Realmente la intervención se realiza en dos edificios, los números 33 y 35 de la calle Candelaria. El número 35 es el edificio Simón, que hace esquina y es el que tiene mayor interés porque es historicista. Y el número 33, entre el edificio de Maya y el edificio Simón, era una vivienda unifamiliar. El propietario adquirió las dos construcciones, y al tener ambos edificios un expediente de ruina, se posibilitó la eliminación de la estructura interior, vaciarlos por dentro, rapear la fachada y hacer una intervención conjunta”.
-¿Se ha mantenido el aspecto original?
“Sí, en la fachada se ha mantenido el aspecto original, porque el edificio está catalogado al estar dentro de un conjunto histórico. Por eso la fachada se ha debido mantener tal cual estaba en el origen. Además se han mejorado calidades, como por ejemplo la calidad de las carpinterías de madera; y se ha mejorado también la calidad de los aplacados de mármol”.
-¿Y en cuanto al acabado del interior?
“Esa es la segunda fase, que vendrá después, porque en este momento la licencia de obra está destinada a un edificio de uso comercial, pero el uso final todavía no está definido, porque el propietario no lo tiene del todo claro. Está en contacto con varias empresas, para que alguna de ellas se instale allí, pero no se ha definido aún el uso final. Por lo tanto, cuando se acabe la primera fase, el edificio se queda en bruto por dentro, a la espera de que se decida el uso final. El propietario está interesado en que allí se ubique una buena marca, no dedicarlo a varias marcas distintas. Instalar su propia joyería fue algo que barajó en un principio, y de hecho el proyecto recogía ese uso. Pero ha visto que dedicar todo el edificio a ese uso son demasiados metros cuadrados para una ciudad como Santa Cruz. El uso comercial parece que es el que prevalecerá, pero él no le da la espalda a otros usos como podría ser el hotelero. Lo que pasa es que falta un interés claro por parte de alguna cadena hotelera para dar el paso”.
-¿Será su estudio de arquitectura quien realice el proyecto de esa segunda fase?
“No lo sabemos, porque hay muchas marcas que tienen equipos propios de arquitectos y diseñadores de interiores que podrían hacerlo. Nosotros por supuesto que estamos interesadísimos en hacerlo, pero la decisión no está en nuestra mano”.
-¿La fachada estaba muy deteriorada?
“Sí, estaba más deteriorada de lo que pudimos prever en el proyecto. Una vez que empezamos a actuar sobre los balcones, las cornisas del edificio y los elementos ornamentales, empezamos a detectar que las patologías eran mucho más profundas. Con lo cual se han tenido que rehacer muchos elementos a partir de cero. Por ejemplo, los balcones se han tenido que demoler enteros para dotarlos de nueva estructura portante; las cornisas hacerlas desde cero; elementos ornamentales, como los domos superiores que rematan los antepechos de las cubiertas se han tenido que hacer desde cero con materiales nuevos. Se ha tenido que actuar de forma muy profunda en la fachada”.
-¿Debieron documentarse para saber cómo era el edificio originalmente?
“Sí, claro. Debimos acceder a los planos antiguos, porque el edificio estaba tan deteriorado que había elementos ornamentales que ya ni siquiera existían. Por ejemplo, la celosía de los antepechos de la cubierta ya no existían. Con lo cual, esa celosía se ha debido rehacer conforme a los planos originales de edificio”.
-¿Cómo ha sido la actuación en la última planta?
“En la última planta, la planta de remonta, es una pequeña volumetría que se retranquea de la fachada principal, respetando la volumetría que había originalmente. Está realizada con materiales contemporáneos. Tiene una estructura de acero, y una fachada de piezas de gran formato de mármol”.
-¿Su estudio ha hecho algún proyecto anterior similar a este?
“Hemos hecho intervenciones, pero no tanto en edificios sino más bien en viviendas unifamiliares de arquitectura canaria. Este edifico que es de principio de los años 30, sus características arquitectónicas y constructivas son distintas. Lo encontramos como un edificio cuya fachada es de hormigón y su estructura era una mezcla de vigas de acero y lozas aligeradas de hormigón”.
-¿Qué le parece que estos edificios declarados BIC no reciban ayudas públicas para rehabilitarlos?
“En este caso el propietario no tenía problemas económicos para abordar su recuperación, pero esto es un mal endémico de nuestros cascos históricos. Este patrimonio está en manos de una persona o de una familia que no puede abordar económicamente los arreglos que el edificio necesita. Es una pena porque así vemos como nuestro patrimonio se degrada día a día. Debería haber más ayudas a la recuperación del patrimonio”.
-¿Que proyectos tiene a la vista su estudio?
“No tenemos ningún proyecto similar a este. Estamos dedicados a obra nueva. Cuando empezó la crisis estábamos con un proyecto de naturaleza parecida, en cuanto que rehabilitábamos una casa señorial y hacíamos una ampliación, que se iba a dedicar a albergue de capacitación agraria, en la Matanza, y esto tenía una subvención del Ministerio de Fomento, que durante la crisis se recortó, y fue a una de las que le retiraron la asignación. Es una pena porque sería deseable que se corrigiera ahora, con los presupuestos que haga el nuevo gobierno”. ●
