¿Sabes realmente qué quieren tus empleados?
Por Matías Fonte-Padilla
Satisfacer al cliente externo es muy complicado, pero se pueden desarrollar unas buenas estrategias de producto, marketing, distribución, venta, que permiten que nuestros clientes se sientan muy bien siéndolos. Y una empresa que no factura está abocada al cierre. Así que para consolidarse y crecer es necesario cada día vender más.
Pero mucho más complicado es satisfacer al cliente interno, esto es, a nuestros propios empleados. Aunque en principio parece fácil contratar, y que el empleado cumpla con sus funciones a cambio de su nómina, la realidad es mucho más compleja.
Todas las encuestas realizadas en España apuntan a que lo que más valoran los trabajadores es, por este orden de importancia, el salario, la estabilidad y el buen ambiente laboral. Algo por detrás quedan las perspectivas de futuro y la conciliación de la vida personal y profesional. Así que en principio podríamos considerar que basta con pagar bien a nuestros empleados para que estén satisfechos y rindan bien. ¿Es tan simple tener buenos trabajadores?
Si dejamos a un lado las encuestas y les preguntamos a los trabajadores de nuestro entorno, las respuestas son algo diferentes. Al inicio de empezar un trabajo se valora mucho el salario, como factor determinante para decidir cambiar de empresa o de puesto. Pero una vez hecho el cambio, lo que más se valora es el buen ambiente de trabajo. Los trabajadores no quieren estar amargados todos los días con jefes o compañeros que le hagan la vida imposible. Les gusta disfrutar e incluso reír en el trabajo. Les gusta poder compartir y crear buenas relaciones de amistad a largo plazo. El tercer factor es sin duda la flexibilidad horaria, que permita resolver los asuntos de la vida personal sin que haya que decidir entre trabajo y vida privada.
De forma general cuando un trabajador/a es joven prefiere formación, movilidad y nuevos retos, y a medida que se hace mayor prefiere estabilidad, tranquilidad y salario. Parece que la edad es un factor determinante que les va volviendo más estáticos y con menos capacidad de afrontar retos y correr riesgos. Cualquier cambio es peor asumido por las personas con más edad y antigüedad en la empresa.
También hay que tener en cuenta los distintos perfiles profesionales. Hay determinados puestos de trabajo donde prima la estabilidad y el contrato a largo plazo, y otros donde la volatilidad y temporalidad son muy altas. Se da por supuesto que cada persona trabajará en un tipo de trabajo que se adapte bien a su forma de ser y sus aspiraciones, pero la realidad es más compleja. En general es el trabajador/a quién se va adaptando a su puesto de trabajo, y ya sea buscando la estabilidad o por miedo a perder su empleo, suelen trabajar en puestos que en principio no les satisfacen, en los que se mantienen aunque no sean del todo felices. Es sumamente complicado que un trabajador/a encuentre de entrada un trabajo que sea adecuado para él/ella. Se va produciendo un proceso de adaptación mutua, que si prospera, permitirá la satisfacción tanto del empresario como del empleado.
Resulta fundamental que como empresario/emprendedor conozcas en cada momento que es lo que necesitan tus trabajadores para rendir y ser felices en tu negocio. Estar demasiado concentrado en los clientes, ventas y productos es olvidarse de que los engranajes de la empresa tienen que estar bien engrasados, es decir, trabajadores satisfechos. Un único trabajador que actúe mal ya sea por falta de interés en su trabajo o por venganza, puede poner en riesgo un negocio, sobre todo si está de cara a los clientes.
O simplemente que rindan al mínimo, lo justo para cumplir. La frase “ya hago bastante para lo que me pagan” es más habitual de lo que parece. Y nosotros debemos evitar tener empleados que piensen así. Algo falla en nuestra organización si los trabajadores solo tratan de cumplir un horario.
¿Qué es lo que más motiva a tus trabajadores?, ¿Qué es lo que te piden?, ¿Qué es lo que necesitan para sentirse mejor en su puesto de trabajo? Ten en cuenta que la probabilidad de que te cuenten cuáles son sus necesidades reales siempre es baja. Tienes que ser pro-activo, tratar de pensar como ellos y qué pueden necesitar para trabajar mejor. Suelen ser temas sencillos, baratos y de fácil aplicación. Quizás tienen una silla incómoda, y se quejan de ello a todo el mundo menos a ti. Puede ser el aire acondicionado o la calefacción, por ausencia o por exceso. Puede ser la rigidez o el papeleo para coger una hora libre para resolver algo. Puede ser un compañero que está destruyendo el buen ambiente de trabajo.
Por eso es fundamental que establezcas las reglas del juego claramente nada más entren a trabajar, y que periódicamente se las recuerdes. Es importante que logres crear un ambiente distendido, en el que trabajar bien sea bien valorado para que los mejores se sientan recompensados. Favorecer las relaciones interpersonales, ofrecer cierta flexibilidad, incentivos y participación en ciertas decisiones. En definitiva, tratar de crear un verdadero equipo.
No es una tarea difícil, pero lograr un buen ambiente de trabajo es fundamental para el éxito de tu negocio. Escucha a tus empleados, son los que mejor saben de tu empresa y tambien lo que ellos necesitan.
Crea Tu Futuro y disfruta del camino. Será duro, pero será tuyo. Y empieza hoy. ●