Oposita, consigue un trabajo para toda la vida, y serás… ¿feliz?
Por Matías Fonte-Padilla*
Afortunadamente cada uno de nosotros es completamente diferente al resto. Genéticamente nuestra copia de ADN es única, jamás en la historia de la humanidad ha habido nadie como tú, y jamás, hasta que la especie humana desaparezca, volverá a haber nadie igual.
Si hubiéramos vivido en otra época, o en otro lugar, todo a nuestro alrededor hubiera sido diferente. Si hubieras vivido bajo el imperio romano, habrías nacido, crecido, trabajado y muerto en esa época en concreto, sin conocer ninguna otra. Pero no, estás viviendo en el siglo XXI, y este es tu momento en la Historia. Cuando ya no estés vivo la Tierra seguirá girando igual, y nuevas civilizaciones y generaciones vivirán en sus correspondientes épocas.
Por lo tanto, estás desarrollando tu vida en un momento muy concreto, en un lugar muy exacto, en una determinada sociedad. De tu familia y de la sociedad en su conjunto aprendes todo, y creas tu propia personalidad, carácter, aspiraciones y frustraciones.
Venimos de una historia de pobreza, analfabetismo y enfermedades en España, donde nuestros abuelos lucharon por sobrevivir a duras penas. Pero todo eso ya lo hemos casi olvidado. Ahora estamos en una especie de estado del bienestar donde, a pesar de las crisis periódicas, eres capaz de comprarte una tele o un móvil que suponga tu nómina mensual. Es más, eres capaz de hacer ese gasto por tus hijos. Y ya no nos creemos pobres, aunque no lleguemos a fin de mes. Y no nos creemos analfabetos, porque obtenemos nuestros títulos, y ni siquiera tememos a las enfermedades, porque tenemos un sistema sanitario. Y sabemos que papá Estado nos protegerá si nos quedamos en paro, enfermos o incapacitados. Incluso cuando nos jubilemos recibiremos algo de pensión para pasar los últimos años de nuestra vida.
¿Qué hacer en una sociedad donde aparentemente ya lo tenemos todo? Esta pregunta es la misma que se hacen los adolescentes que dejan de formarse, porque ¿Para qué esforzarse si ya sus padres se esfuerzan y le consiguen lo que sea? La apatía se alimenta del exceso de bienes y de la sobre-protección.
Y así, te has criado en esta sociedad donde el conformismo se adueña de los hogares, y donde impera la felicidad a base de poseer la última tendencia consumista. Así todo, muchos trabajan muy duro en contratos precarios que no les satisfacen ni les cubren sus necesidades. Y claro, cuando te haces la pregunta de cuál será tu futuro, el resto te responde que lo mejor que puedes lograr es hacerte funcionario.
Te cuentan que ser funcionario te da un sueldo seguro, estabilidad laboral, vacaciones pagadas, asistencia médica, pensión, y otras muchas ventajas que hace que cualquier otra opción laboral suponga correr un riesgo constante e innecesario. Además, hagas lo que hagas difícilmente te echarán, por lo que ni siquiera debes hacer más que lo estrictamente necesario.
Afortunadamente la mayoría de los funcionarios no actúan así, a pesar de la mala fama. En general cumplen con su trabajo de forma excelente, y son responsables tanto en la gestión interna como en la atención al público. De hecho, muchos se frustran porque les gustaría poder ser más eficaces y eficientes, pero muchas veces las limitaciones de medios y/o personal o una dirección política incorrecta se lo impiden. Gracias a ellos/as podemos presumir de unas administraciones públicas que, aunque llenas de carencias y fallos, funcionan bien gracias a la profesionalidad de todos esos funcionarios/as que diariamente acuden a su puesto de trabajo. Son los que logran que la estructura de esta sociedad funcione.
Hay muchas personas que sueñan con alcanzar esa meta del trabajo para toda la vida. Y por eso se preparan lo mejor que pueden, invirtiendo tiempo, esfuerzo y dinero para presentarse a unas oposiciones. Y la frustración llega cuando van pasando los años y las oposiciones y no hay forma de aprobarlas. Se sienten fracasados en una sociedad que sobrevolara la estabilidad laboral. Pero también piensa en las bajas laborales y la frustación que sufren todos/as aquellos que están atrapados en un trabajo que no les hace felices.
Así que antes de sentirte un fracasado si no opositas, hazte estas dos preguntas: ¿realmente quieres trabajar en lo mismo por el resto de tu vida laboral?, y ¿aceptarías un puesto para toda tu vida aunque el trabajo no te gustara demasiado? Piénsalo bien, porque la respuesta determinará tu futuro. Si la respuesta es Sí a alguna o a las dos, pues adelante con las oposiciones. Te irá bien. Pero si la respuesta es No al menos a alguna de ellas, entonces tu destino no está escrito, lo vas a crear tú. Si lo que tu alma te dice es que quieres ser libre para ir cambiando y experimentando experiencias laborales, sacar adelante proyectos o empresas, incluso residir en lugares diferentes según te lleve el viento, no oposites, porque serás infeliz, aunque lo ganes bien y sea un puesto asegurado. Recuerda que vida sólo hay una.
Crear tu propio futuro no es nada fácil, porque se genera demasiada inestabilidad, y no te verás apoyado/a por casi nadie, puesto que la mayoría cree en la cultura del trabajo fijo. Pero no te preocupes, lo importante es avanzar día a día haciendo algo que te guste y en lo que aprendas, para seguir más adelante en un nuevo proyecto que te vuelva a llenar. Y así, año tras año, lograrás ir formándote de forma multidisciplinar y polifacética, que te ayudará en los nuevos proyectos que emprendas. Nunca se termina de aprender.
Así que adelante, si tienes alma de emprendedor, deja que vuele y convierte tus sueños en realidad, eso sí, con mucho esfuerzo y sin dejar nunca de aprender. Una mente abierta es imprescindible para el éxito. Crea Tu Futuro y disfruta del camino. Será duro, pero será tuyo. Y empieza hoy. ●