La familia sigue siendo un buen negocio
Históricamente las empresas familiares han superado a sus equivalentes no familiares en términos de ventas, ganancias y otras medidas de crecimiento. Un estudio de Thomson Financial para Newsweek, del año 2003 demostró que las empresas familiares aventajaban en desempeño a sus rivales en los seis principales índices de Europa. Pero, con la crisis económica, disminuyeron sus beneficios, un 44%, en el caso de las españolas, y un 31%, en el de las europeas. Ahora, según el último barómetro elaborado por KPMG, el sector empieza a recuperar su rentabilidad. El 80% de las empresas familiares españolas espera crecer en los próximos seis meses, un 31% de ellas en el exterior, un 24% en el ámbito local, y un 25% en ambos mercados.
El profesor Salvador Rus Rufino, director de la Cátedra de Historia de la Empresa Familia de la Universidad de León, manifestó recientemente que además de los problemas de vivir en un entorno en crisis, la empresa familiar se encuentra ante una serie de retos añadidos, como son: renovar la oferta y los productos, desarrollar y controlar el proceso de cambio generacional, adaptar la compañía a nuevos accionistas, institucionalizar las relaciones empresariales, etc.
“Solo podremos salir de esa crisis si las empresas empiezan a funcionar creando riqueza, generando valor a sus actividades y a la oferta de sus productos y servicios”. “Una de las claves esenciales del éxito es saber manejar la complejidad de la situación que estamos viviendo que va desde la organización interna de la propia empresa a la renovación e innovación de la oferta, así como las alianzas con otras compañías y a la necesidad de cambiar la mentalidad: el mercado es siempre el mundo, no solamente el entorno donde están establecidas. Estos son algunos de los retos que las empresas familiares con éxito han superado y que las llevan no sólo a mantenerse en el mercado, sino también a incrementar los beneficios”, indicó Rus Rufino.
Según el ‘Manual IFC de Gobierno de Empresas Familiares’, publicado por IFC (International Finance Corporation), la principal debilidad de las empresas familiares es que muchas no logran ser sostenibles a largo plazo. Casi dos tercios de las empresas familiares colapsan o son vendidas por el fundador durante su propio período. Sólo entre el 5% y el 15% continúan hasta la tercera generación en manos de los descendientes del fundador.
Este elevado índice de fracasos entre empresas familiares se atribuye a una multitud de razones. Algunas de estas razones son las mismas que podrían provocar el hundimiento de cualquier otra empresa, como una gerencia deficiente, insuficiente capital para financiar el crecimiento, control inadecuado de los costos y otras condiciones macro.
Sin embargo, las empresas familiares también muestran algunas debilidades que son especialmente pertinentes a su naturaleza, como:
-Complejidad. Las empresas familiares suelen ser más complejas en términos de gobierno que sus equivalentes no familiares, al agregar una nueva variable: la familia. Sumar las emociones y los asuntos de la familia a la empresa aumenta la complejidad de los temas a los que se tiene que enfrentar. A diferencia de otros tipos de empresas, los miembros de la familia cumplen distintos papeles dentro de ella, lo cual a veces puede llevar a una falta de alineación de los incentivos entre todos los miembros de la familia.
-Informalidad. Debido a que la mayoría de las familias conducen sus empresas por su cuenta. Suele haber muy poco interés en fijar prácticas y procedimientos comerciales claramente articulados. A medida que la familia y su empresa van creciendo, esta situación puede conducir a muchas ineficiencias y conflictos internos que pueden amenazar la continuidad de la empresa.
-Falta de Disciplina. Muchas empresas familiares no prestan la suficiente atención a áreas estratégicas como: la planeación de la sucesión de los puestos gerenciales, el empleo de miembros de la familia en la compañía, atraer y retener ejecutivos capaces. El demorar o no tomar en cuenta este tipo de decisiones estratégicas podría llevar al fracaso comercial en cualquier empresa familiar. ●