“Queremos consolidar la colaboración con otros grados y con distintas escuelas de diferentes universidades”
PROYECTO FIN DE GRADO • GRADO DE INGENIERIA DE LA EDIFICACIÓN, CURSO 2014-2015
Juan José Saavedra – profesor coordinador de la asignatura ‘Proyectos Fin de Grado’, de Ingeniería de la Edificación de la ULL
“Ya se está modificando el reglamento de la universidad para la calificación de los trabajos de final de grado, y también la posibilidad de realizar estos proyectos de forma conjunta con distintas escuelas de diferentes universidades”, según ha explicado a CANARIAS EMPRESARIAL el profesor coordinador de la asignatura ‘Proyectos Fin de Grado’, de Ingeniería de la Edificación de la Universidad de La Laguna, Juan José Saavedra. La colaboración con otras universidades ya se puede ver en la exposición que ha inaugurado la Escuela, con los ‘Proyectos Fin de Grado’ correspondiente al curso 2014-2015. Esa cooperación se pretende aumentar en el futuro.
-¿Qué contenidos se imparten en la asignatura ‘Proyectos Fin de Grado’?
“La asignatura intenta relacionar toda la formación que ha tenido el alumno a lo largo de los siete cuatrimestres anteriores. No se imparten nuevos conocimientos sino que se interrelacionan los anteriores. Esto no quiere decir que el proyecto tenga que recoger todas las materias. Nosotros lo hacemos en sentido inverso, proponemos un caso práctico que tanto puede ser en fase de elaboración del proyecto, como en fase de dirección y ejecución, como en fase final, para analizar el resultado. Los escenarios pueden ser distintos, en cuanto a posibles interacciones del graduado, para que aplique esos conocimientos y los relacione con su experiencia formativa. La asignatura ‘Proyectos Fin de Grado’ en este último curso la hemos impartido 13 profesores, elegidos de manera que estén representadas todas las especialidades: estructuras, instalaciones, materiales, construcción…”
-¿Quienes eligen los proyectos, los alumnos o los profesores?
“Hemos sido los profesores los que hemos elegido los proyectos en los que se ha trabajado, a partir de la vinculación que tenemos cada uno de nosotros con esos proyectos, como asesores, como participantes en una línea de trabajo con alguna institución, con algún organismo público, o incluso con una entidad privada. Se elabora una lista de posibles proyectos, los analizamos, y establecemos una lista definitiva, que intentamos que sea lo más amplia posible. En este caso teníamos 42 propuestas, que presentamos a los alumnos el primer día de clase del cuatrimestre. Ellos se unieron en equipos de tres a cinco miembros, e hicieron una solicitud ordenada de tres propuestas elegidas entre las 42. Esa petición se valora en función de la media del expediente académico de los alumnos que integran cada grupo. Pero hay una nueva variable que hemos introducido en los últimos dos años, y está en relación con la asignatura del cuatrimestre anterior, llamada Prácticas Externas”.
-¿De qué manera se integran las dos asignaturas?
“Prácticas Externas se realiza en 300 horas en empresas, organismos públicos o instituciones. Y hemos conciliado esas ‘Prácticas Externas’ con el ‘Proyectos Fin de Grado’, de tal manera que muchos de los proyectos coinciden. El objetivo es profundizar más en lo que es la vida profesional. En las ‘Prácticas Externas’ se realiza un trabajo de campo, que es la primera fase de cualquier proyecto profesional, donde se indaga, se recogen datos, se consultan informes y se realizan inventarios de la patología de edificios a rehabilitar. Y en ‘Proyectos Fin de Grado’, se realiza el estudio de gabinete, de elaboración del documento, que corresponde a la segunda fase de cualquier proyecto profesional. Los alumnos que realizan prácticas externas en un determinado trabajo, tienen prioridad a la hora de elegir el proyecto fin de grado de esa misma propuesta”.
-¿Qué seguimiento hacen los profesores del trabajo de los alumnos?
“Cada proyecto tiene un profesor tutor que guía a los alumnos y gestiona de la mejor manera los esfuerzos que deben hacer. Además, en las tutorías con grupos grandes se determinan las directrices de las distintas partes que puede contener cada proyecto. Es decir, el escenario va a definir cuales son los conocimientos adquiridos por el alumno que serán necesario aplicar. Los profesores especializados asesoran a los alumnos”.
-¿Se implican lo necesario las instituciones y las empresas colaboradoras?
“Cada vez la colaboración es más intensa. Participan más entidades con más proyectos. Empezamos hace seis cursos con tres propuestas y solo 10 grupos de desarrollo, con lo que tuvimos que hacer variaciones sobre el mismo escenario. Paulatinamente han ido aumentando las cifras, y este año han sido 42 propuestas y 34 grupos. Hay una buena acogida por parte de esas instituciones”.
-¿Los alumnos se implican en los Proyectos Fin de Grado?
“En un principio, al tratarse del primer trabajo profesional que van a realizar, los alumnos tienen cierta incertidumbre. También cambia la dinámica, porque ya no se trata de estudiar unos contenidos para hacer unos ejercicios prácticos con todos los datos, sino que se enfrentan con situaciones en las que no tienen todos los datos u otras en las que la idea principal no se puede ejecutar por que el planeamiento no lo permite. Pero una vez que se inicia el proyecto y comienzan las reuniones con los tutores, ellos se centran y la actitud cambia totalmente porque la incertidumbre pasa a ser una total motivación, con interés por indagar”.
-¿Como fue la experiencia de colaborar con el grado de Contabilidad y Finanzas?
“Se inició este curso, y ha sido posible gracias a que han habido profesores con inquietudes que han propuesto cuestiones como esta. Pero es complicado porque hemos hecho un intento que no ha salido bien. El inicio fue muy interesante pero no llegó a buen puerto porque hubo algunos desajustes. Vimos que hay una normativa que dificulta la propuesta de evaluar el proyecto por un tribunal multidisciplinar en un solo acto de presentación y defensa. No se pudo hacer porque el reglamento actual, que se está modificando, no lo permite. Y eso desvirtúa el objeto fundamental”.
-Y la colaboración con la Universidad Politécnica de Barcelona…
“Lo propuso un promotor privado, que planteó la construcción de una zona residencial sostenible de alto estanding en un espacio protegido, el Pirineo de Gerona. Consistía en que unas alumnas ya graduadas en Arquitectura por la Universidad Politécnica de Cataluña planteaban el proyecto básico. Y aquí, un grupo que trabajaba conjuntamente e intercambiaba información, desarrolló el proyecto de ejecución de esa zona residencial. En este caso el resultado fue exitoso. De hecho dio de si varios proyectos: por un lado, los bungalows que componen esa zona residencial, y por otro lado, unas construcciones complementarias de las que se ha realizado el proyecto de ejecución”.
-¿Es tan importante la conexión de la universidad y la sociedad?
“Las expectativas que hay de conectar la vida académica con la vida de la sociedad civil se ve claramente que es necesario. Esta materia u otras similares deben potenciarse sobre todo en carreras como la nuestra, de ciencias aplicadas, que tiene que ver con la participación de los titulados para cubrir las necesidades de la sociedad. No hacerlo sería incumplir las exigencias mínimas que se piden a un técnico para que haga las edificaciones de la mejor forma posible. Nosotros tenemos bastante experiencia en esta asignatura, cosa que no ocurre con otras carreras, como derecho, contabilidad y finanzas o económicas, que no habían tenido antes materias en las que confluyen todas las asignaturas. Nosotros en la arquitectura técnica, desde el año 1977, teníamos lo que se llamaba el trabajo final de carrera. Era en realidad una prueba final. Posiblemente nuestra madurez está justificada por nuestra experiencia. Aunque si comparamos aquellos trabajos con estos proyectos de fin de grado, hay que decir que antes la situación era mucho más limitada. Había una propuesta única para todos los alumnos y no se hacía en grupo sino de forma individual. Pero aquello nos sirvió de experiencia para ahora enfocarlo de mejor manera. De hecho, en la mayoría de los grados actuales existe un trabajo de final de grado que es individual. Creo que están pasando por la etapa experimental que nosotros pasamos hace mucho tiempo. Nosotros lo tenemos claro, estamos convencidos de que este es el modelo correcto”.
-¿Qué cambios habrá próximamente en la asignatura?
“El próximo año queremos intentar consolidar el trabajo con distintos grados. Ya se está modificando el reglamento de la universidad para la calificación de los trabajos de final de grado, y también la posibilidad de realizar estos proyectos de forma conjunta con distintas escuelas de diferentes universidades. Como por ejemplo, con la Escuela de Arquitectura de Las Palmas y nosotros, haciendo un mismo proyecto de final de grado”. ●