¡Vámonos de vacaciones!
Por Matías Fonte-Padilla
Un emprendedor/a debe tener bajo control todos los aspectos de la actividad empresarial, y eso incluye la planificación del tiempo libre propio y de los empleados.
Uno de los errores más típicos de los empresarios es dejar para el final el calendario de vacaciones, como si los trabajadores no las fueran a coger. Sin embargo, todos necesitamos saber cuando disponemos de ellas. Un negocio que funciona correctamente tiene un calendario de vacaciones y días festivos bien definido.
Este derecho, adquirido hace justo un siglo, nos parece ahora lo más normal y necesario. Pero que te paguen sin que trabajes es muy reciente en la historia laboral. Las primeras vacaciones pagadas se dieron en la Rusia bolchevique (1918), y posteriormente en la Alemania nazi (1933), aunque en parte como instrumentos de recompensas y privilegios. También en Francia (1936) las luchas obreras en plenas elecciones favorecieron el reconocimiento de este derecho. En España surgió de forma parcial solamente para los funcionarios en 1918, 15 días de vacaciones. En 1931, en la Segunda República, se reconoció el derecho de todo trabajador a disfrutar de 7 días. Se hicieron algunos aumentos de forma parcial durante el Régimen de Franco, pero tuvimos que esperar hasta 1976 para disfrutar de 21 días. Fue en 1983 cuando la Ley 4/1983 estableció los 30 días actuales. Y desde entonces no han habido modificaciones al respecto.
Cuando un emprendedor crea su negocio piensa que va a estar en producción continuamente, y que por ello los beneficios van a crecer de forma exponencial. La realidad es que las personas no somos máquinas, ni podemos rendir al 100% continuamente. Por muy buenos trabajadores que tengas, por muy implicados que estén con tu negocio, no les puedes exigir un máximo de rendimiento, porque lo único que lograrás será quemarlos a medio plazo, y que justo los que más trabajan sean los primeros que disminuyan su capacidad de trabajo, simplemente por agotamiento. Y lo mismo ocurre con el emprendedor, debe siempre tener en mente que el éxito del negocio depende del bienestar a largo plazo de él/ella mismo/a. Si no coges vacaciones, si no aprendes a desconectar, si no dedicas tiempo a tu vida privada, a medio plazo tu mente y tu cuerpo te pondrán límites, y no te va a gustar, porque el parón va a ser de forma brusca, y con un problema grave de salud. Muchos emprendedores “de alto rendimiento” caen de forma súbita aquejados de problemas físicos y/o mentales, y es simplemente por no haber planificado una actividad profesional con merecidos descansos y pausas.
Si tu negocio o actividad empresarial tiene variación estacional, lo mejor es buscar los momentos donde los resultados son menores para instaurar los momentos de descanso. Si, por ejemplo, dependes del turismo local, y su mayor afluencia es en verano, obviamente no puedes fijar tu descanso en ese momento, por mucho que te gusten las vacaciones de verano. Por ello, antes de crear tu negocio, tienes que tener en cuenta la planificación estacional, y cuando serán las vacaciones. Recuerda que el negocio tiene que cuadrar con tus expectativas y cualidades personales, sí no cuadra con lo que tú eres o quieres, quizás tú no seas la persona más idónea para llevarlo a cabo, y vas a tener que buscar quien lo lleve adelante.
Lo ideal, si puedes hacerlo, es cerrar el negocio completamente el mismo mes todos los años, así tus trabajadores no tendrán dudas. Otra estrategia es organizarlas con meses de antelación, de forma que cada trabajador las disfrute en momentos diferentes, y así el negocio continúe todo el año. Como jefe debes estar muy pendiente de esto, para que no hayan malos entendidos entre ellos, que pueden afectar gravemente el ambiente laboral.
¿Y cuando coges tú las vacaciones?, ¿cómo un emprendedor puede dejar su propio negocio? Pues, ya sabiendo que lo tienes que hacer, o cierras el negocio completamente, o aprendes a delegar. Y aunque mezclar vacaciones con trabajo pueda parecer idílico (tú con tu portátil en la tumbona frente a la playa o la piscina), en realidad no lo es tanto, estás perdiendo tiempo de tu descanso, de disfrutar de tu familia y/o amigos, mientras tratas de concentrarte en “tareas importantes”. Cuando estés concentrado, y te parezca que los demás te están molestando porque requieren tu atención, es cuando debes ser consciente de lo mal que lo estás haciendo. Así, que si tienes que trabajar algo en vacaciones, que sea lo mínimo posible y bien planificado, y , por supuesto, deja apagado el móvil del trabajo, y ni se te ocurra revisar el correo electrónico.
¿Qué es irse de vacaciones? Pues significa romper la rutina en todos los sentidos. Dormir más, cambiar los horarios, salir de la zona de confort, viajar, olvidarse del trabajo, no realizar las “obligaciones” que tienes el resto del año. Y hay que aprender a hacerlo. Hay personas que no saben desconectar.
También hay que saber planificar los días libres y los “puentes” que puedan haber a lo largo del año. Abrir tu negocio cuando sabes que no vas a producir no parece muy inteligente, y tus trabajadores te agradecerán un día libre extra. Uno de los factores que más valoran los trabajadores es la flexibilidad laboral, y es una herramienta estupenda que tú puedes controlar, como un beneficio que ofreces extra. Y esto se logra dejando claro que aunque el horario se pueda flexibilizar, el trabajador/a debe cumplir con su horario completo y con los objetivos fijados. El problema que tiene estas ventajas es que muchas veces los trabajadores confunden “ventajas puntuales” con “derechos consolidados”, y ahí pueden surgir problemas, sobre todo porque cuando aparezca un pico puntual de trabajo, tú quieres que tus trabajadores rindan más y mejor, y que también sean flexibles, y que no se quejen por tener que trabajar más. Como buen emprendedor/a, tienes que manejar adecuadamente y con previsión la flexibilidad laboral y los días libres extras, para que sea una ventaja para todos/as.
Así que ya sabes, una buena planificación de los días libres y las vacaciones permite la mejora del ambiente laboral, y aumenta el rendimiento de tu negocio. Y saber disfrutarlas, logrando desconectar, permite descansar de verdad, para recuperar de nuevo la energía para seguir adelante como emprendedor o empleado. Ya sabes, vida sólo hay una, disfruta de tu trabajo, pero también de tus vacaciones. Crea Tu Futuro y sé feliz en el camino. Será duro, pero será tuyo. Y empieza hoy. ●