Todos/as diferentes, pero Todos iguales en derechos y deberes
Por Matías Fonte-Padilla
A lo largo del año se realizan determinadas celebraciones relacionadas con el mundo empresarial, con el Día del Trabajo o el Día Internacional de la Mujer. La realidad empresarial que vivimos ahora poco tiene que ver con la que existía hace sólo 30 años, y ni que decir con la que existía hace 100 años.
Lo primero que tendríamos que hacer es sentirnos en deuda con todos los hombres y mujeres que durante siglos han luchado por las mejoras salariales y empresariales. Poniendo en riesgo sus trabajos, su economía, e incluso su vida, lucharon por aquellos derechos que consideraban justos. Y así hemos pasado de una economía basada prácticamente en la esclavitud y en la discriminación a otra donde se reconocen muchos deberes a empleados y empresarios que hace un siglo parecerían pura utopía.
Utopía siguen siendo los derechos que nosotros disfrutamos para los trabajadores y emprendedores de muchos otros países del mundo. De hecho, ser sindicalista es jugarte la vida, y así lo demuestran las escandalosas cifras mundiales de muertes de activistas. Y trabajar para las mujeres de muchas partes del mundo es imposible. Tienes suerte de vivir y trabajar en este país.
El siglo XX fue el siglo de la lucha por los derechos y deberes de los trabajadores. Aspectos tan básicos como un máximo de horas, el descanso semanal, las vacaciones, la baja laboral, la baja por maternidad, el pago de horas extras, la nómina regular, la pensión, el cumplir un horario, el cumplir con las directrices de la empresa, el usar las medidas de protección, el no revelar información, etc. Al mismo tiempo hubo una conquista del mercado laboral por parte de las mujeres. Y las dos guerras mundiales, en las que los hombres abandonaron sus trabajos para ir a morir, sirvieron para que las mujeres ocuparan sus puestos y se pudiera demostrar que tanto los hombres como las mujeres eran capaces de trabajar con la misma eficacia y eficiencia.
Y mientras la Historia con mayúsculas reconoce los logros de muchos hombres, son muy pocas las mujeres que forman parte del pasillo de la fama, no porque no las hubiera, sino porque sus historias fueron enterradas en el olvido. Y mientras los hombres luchaban por sus derechos laborales, las mujeres tenían que luchar además para lograr tener la oportunidad de trabajar. El siglo XX ha sido también la lucha de las minorías, que poco a poco han visto reconocido su derecho a participar en la vida social y económica como los demás.
Pero no te acomodes en tu zona de confort y pienses que todo está conseguido. Todavía tenemos que luchar mucho para disfrutar una sociedad en la que se valoren a los empleados y a los emprendedores.
En España tenemos que seguir trabajando tres aspectos básicos: la igualdad de derechos y deberes de todos/as, las mejoras en la conciliación de la vida laboral y familiar, y la reforma del sistema para favorecer el emprendimiento.
Y por mucho que se llenen la boca los políticos con las medidas que han tomado para mejorar el emprendimiento de este país, en realidad es todo puro maquillaje. ¿Por qué tras la crisis se ha empujado a tantas personas a emprender, a que pidieran el paro único y arriesgaran su futuro?
Simplemente porque así los números mejoraban: cada persona que lo hiciera se convertía en un parado menos y en una empresa de nueva creación. Puro maquillaje de cifras. Y pronto vendrá una nueva crisis, la burbuja del emprendimiento.
En realidad estamos a siglos luz de vivir en una sociedad donde se apoye de verdad al empresario, donde se le ayude a crear puestos de trabajo, a consolidar el tejido económico. La mayor parte de los puestos de trabajo los generan las PYMES, precisamente las que menos ayudas y más presión fiscal reciben.
Todavía existe la conciencia de que un empresario es el malo de la película, el que explota al empleado. Así no llegamos a ningún lado. Sólo si apoyamos de verdad a los emprendedores este país tendrá futuro. Y tenemos que empezar por las propias administraciones públicas. ¿Cómo es posible que un emprendedor que monta un negocio tenga que pagar tanto dinero incluso antes de comenzar? El pago de impuestos debería estar ligado a la obtención de beneficios. Si el 90% de las empresas no llega a los 5 primeros años es responsabilidad de las propias administraciones públicas, que no les dejan levantar cabeza ni consolidarse, unido a la falta de formación empresarial.
Lo bueno que ha tenido la crisis es que se ha abandonado un poco el estereotipo negativo que se tenía con los empresarios, puesto que muchas personas se han visto obligadas a reconvertirse en ellos.
El siglo XXI debe ser el siglo de la lucha por los derechos y deberes de los emprendedores en España, que se les apoye de verdad y a largo plazo, no con medidas puntuales y populistas. Lucha por tus derechos y deberes, con honestidad y ética. Crea Tu Futuro. Será duro, muy duro, pero será tuyo. Y empieza hoy. ●