Sin un duro en el bolsillo es muy fácil fracasar

Por Matías Fonte-Padilla
En este mundo tan materialista y orientado hacia el éxito económico, parece que solo un empresario es valorado si logra ganar muchos millones de euros. Pero recuerda que el verdadero objetivo de tu negocio debe ser el hacerte feliz, que te sientas pleno, que sientas que estás en el lugar y momento adecuado, y que además estás haciendo feliz a los que te rodean.
Los negocios que se montan con la idea de ganar mucho dinero rara vez tienen éxito, porque están centrados en el rendimiento económico, y no en la ganancia moral. Los números pueden ser mejores o peores, pero si uno está haciendo lo que realmente quiere, el dinero se convierte en algo relativo, en una herramienta necesaria para seguir adelante, pero no en el fin.
Existe la falsa creencia que para montar un negocio exitoso hace falta dinero, mucho dinero. No es cierto. Para tener éxito solo hace falta determinación y trabajo, tener una meta clara e ir hacia ella, sin descanso. Gestionar bien los números para que no estés trabajando sin obtener resultados, e ir reinvirtiendo tu capital en el crecimiento de tu negocio, sin enriquecerte personalmente. Trabajar con honradez y tratando bien a todo el mundo, tomando decisiones que favorezcan a la sociedad y al futuro de tu negocio, ese es el camino. Porque tú tienes claro que tu objetivo no es ganar dinero, es hacer realidad un sueño.
Ser empresario/emprendedor es muy duro y sacrificado, no solo personalmente, sino también financieramente. Tus trabajadores trabajan para cobrar una nómina, que tú tratas de asegurarles cada mes, pero tus ingresos no son seguros. Es más, ellos cobran muchos meses mientras tú te quedas sin dinero, porque lo importante es el negocio.
La mayor parte de los negocios cierran en el primer año de existencia, y sólo un 5% logra sobrevivir 5 años. Por lo tanto, miles de emprendedores cada año tienen que detenerse, destruir su sueño, y sobrevivir sin quedar demasiado endeudados. ¿Por qué es tan alta la tasa de fracaso? Son muchos los factores que influyen, pero haré hincapié en la falta de liquidez.
Si un emprendedor/empresario monta un negocio es porque tiene dinero para hacerlo. Ha hecho una previsión de gastos y ganancias para saber cuándo amortizará las inversiones y comenzará a ganar dinero. Por supuesto que el papel aguanta lo que sea, y la realidad se impone destruyendo las previsiones más optimistas.
Una contabilidad bien llevada, con los apuntes al día y con un equilibrado balance entre ingresos y gastos, es la mayor garantía de que el negocio se estabilice. Es imprescindible llevar una previsión de gastos e impuestos anual y trimestral, para poder asegurar que habrá dinero para cubrir, y un margen para imprevistos.
Muchas empresas fracasan no por falta de ventas, ni por falta de material inventariado, ni por falta de personal, ni por desabastecimiento. La falta de liquidez es el principal problema que paraliza una empresa, y la puede llevar a la quiebra a pesar de tener mucho dinero en inmovilizado.
¿Qué ocurre cuando no tienes dinero en efectivo? Que te metes en una espiral de endeudamiento. Todo comienza cuando necesitas dinero, a veces cantidades pequeñas, para cubrir necesidades diarias que ahora no puedes pagar. Puedes ir escapando, porque vas demorando determinados gastos, los dejas para final de mes, y no ocurre nada. Pero claro, hay otros gastos que no puedes aplazar, así que usas dinero de otras partidas para pagar gastos corrientes o extraordinarios, y vas dejando otras compras pendientes. Cuando por fin cobras una factura y te entra efectivo, inmediatamente lo divides para cubrir los agujeros que has creado, pero claro, no da para cubrirlos todos. Y como tu negocio necesita dinero, tiras de tu cuenta personal, de tu tarjeta, de tus ahorros, de tu familia, para seguir cubriendo gastos. Pero no da, y llega final de mes y no puedes pagar. Y toda esa bola de endeudamiento sigue creciendo. Llega un momento que no tienes dinero ni siquiera para cubrir los gastos básicos, como electricidad y teléfono, y llegan los primeros avisos de corte.
Cuando llegas a esta situación, tú eliges seguir adelante, porque crees en el negocio y sabes que las crisis son pasajeras. Y entonces es cuando cometes el siguiente error, que es pedir dinero prestado. Ya sea usando una tarjeta de crédito, pidiendo un préstamo a un banco, a un familiar, o a una financiera, pronto recibes ese dinero que tanto necesitabas…pero… ¿A qué precio? Pedir dinero es siempre un error, y solo queda justificado si lo necesitas para crecer, no para salir de un agujero. Ahora, tratando de sobrevivir, endeudarte más es la peor solución posible, porque te lleva a no poder pagar tampoco esa deuda, y seguir dentro de la espiral de endeudamiento hasta que tu empresa y tú os hundís.
La solución a esta caída libre comienza con una buena previsión de gastos, una estructura lo más sencilla y escalable posible, y reinvertir los beneficios en la empresa y en un fondo de reserva. Así, cuando las cosas comiencen a ir mal, la solución no es endeudarse, sino pasa por reducir la empresa, eliminar gastos, y tirar de los fondos propios, buscando ideas originales para hacer todo con poco dinero. Además, la pregunta clave es ¿Cómo puedo hacer para incrementar mis ingresos? Nos centramos en el problema y no en la solución, la solución es facturar más cada mes.
Así que ya sabes, consolida tu empresa poco a poco, teniendo siempre dinero en efectivo. Crea Tu Futuro. Será duro, muy duro, pero será tuyo. Y empieza hoy. ●