No eres indestructible, planifica tu vida profesional y disfruta de tu vida

Por Matías Fonte-Padilla*
La historia la conocemos. Un emprendedor/a que lucha duramente durante años para sacar su negocio adelante, anteponiéndolo a su familia, amigos, vacaciones, salud, etc., dejando de lado su propia vida para convertirse en esclavo de su sueño empresarial. Y como un día se da cuenta de todo lo que ha perdido, pero ya es tarde, o peor, le ocurre algo que le afecta gravemente y por lo debe detener su negocio, de forma temporal o de por vida.
La pregunta es ¿por qué tiene que suceder algo negativo para que el emprendedor baje el ritmo de trabajo? Muchas veces es demasiado tarde, y lo que aparece es una enfermedad que no fue valorada ni tratada a tiempo, porque “no tenía tiempo ni siquiera para ir al médico”.
Este problema no se da sólo en los emprendedores. El síndrome de quemarse en el trabajo o burnoutes un problema bien detallado, y que tiene consecuencias tanto físicas como psicológicas, que a la larga generan cuadros de ansiedad y depresión, y por tanto la imposibilidad de volver al mundo profesional si no es correctamente tratado.
Cada trabajador o empresario reconoce lo que llamamos recompensas externas, esos beneficios que recibimos por hacer bien nuestro trabajo. Pueden ser monetarias, en forma de reconocimientos, ascensos, mayor flexibilidad laboral, un despacho propio o más grande, agradecimientos, regalos, hasta poner tu foto como trabajador del mes puede serlo. Porque sean físicas, por escrito, o verbales, todas están diseñadas para que te sientas bien al realizar un esfuerzo extra, aunque en realidad son una trampa, ¿para qué?, para que continúes rindiendo al máximo. Esto hace a la larga que te enganches psicológicamente a estas recompensas, y vayas dejando de lado tu vida personal y tu salud por obtenerlas. Cuando el tiempo pase, cada año verás más cerca el momento del último gran regalo, que es la jubilación. Y también es posible que una vez jubilado/a asistas a encuentros de ex-trabajadores, que te servirán para seguir socializando en tu entorno laboral, y así seguirás recibiendo recompensas, y reafirmándote que hiciste lo correcto al dejar tu vida de lado por trabajar.
¿Es este el único camino, recibir recompensas externas a costa de nuestra propia vida personal? Parece haber también otra opción en el extremo opuesto, que es disfrutar de la vida sin importar el trabajo o el negocio. Así, hay personas que van a trabajar porque no queda más remedio, no son felices trabajando ni quieren serlo, y no hay recompensa que les satisfaga. No hacen sino mirar el reloj pensando en el momento en que van a terminar su jornada. Y cuando están fuera, muchas veces se quejan públicamente de tener que hacerlo. Rinden poco y mal, son malos compañeros, y no quieren integrarse en las plantillas. Y ni les hables de emprender o aprender, porque quizás tengan ambiciones, pero no quieren realizar el mínimo esfuerzo por alcanzarlas. Hay incluso personas que no trabajarán en su vida, escapando como pueden gracias a la ayuda de otros, familia, administraciones públicas y amigos.
En medio de ambas posturas extremas existe la posibilidad de luchar por tus sueños pero sin pagar el precio de vender “al diablo” tu vida personal y tu salud. Para ello tienes que tener claro que vida sólo hay una, y que hay que disfrutarla hagas lo que hagas, porque la meta en esta vida es ser feliz, no tener una empresa más grande o un despacho mayor. Trabajes o emprendas, siempre va a ser duro, por lo que es importante una visión abierta y optimista.
Para saber si vas por el camino correcto basta que te hagas cuatro preguntas: lo que estás haciendo ahora, que ya sabemos que es duro: 1º ¿te hace feliz?, 2º ¿te hace crecer profesionalmente?, 3º ¿te ayuda a ser mejor persona con buenos valores y actitudes? 4º ¿es compatible con tu vida personal y salud?. Si la respuesta a alguna de estas preguntas es no, deberías plantearte en dónde estás, quizás con algunas correcciones puedas seguir haciendo lo mismo, pero tienes que solucionarlo antes de que te quemes. Pero si ni siquiera hay posibilidad de mejorar tu situación para que todas las respuestas sean positivas, está claro que debes diseñar una estrategia para cambiar de actividad profesional, y llevarla a cabo en el menor tiempo posible.
El tiempo pasa demasiado rápido como para no ser feliz ni disfrutar del mundo que te rodea, incluyendo tu trabajo. No dejes que tu sueño por ser emprendedor te atrape y no te deje vivir la vida que realmente mereces, una vida plena de experiencias positivas tanto en el ámbito profesional como personal, una vida saludable en la que te alimentes bien y hagas deporte, en la que te relaciones con tu familia y amigos, en la que sientas que estás haciendo algo por ti y por la sociedad que te rodea, poniendo un granito de arena positivo en este mundo.
Ya sabés, vida sólo hay una, no la desperdicies, lo que quieras que suceda lo tienes que crear tú mismo, no creas que las recompensas externas te harán más feliz. Crea Tu Futuro y disfruta del camino. Será duro, pero será tuyo. Y empieza hoy. ●