El merecido descanso del guerrero

Por Matías Fonte-Padilla
En la cultura empresarial siempre se valora el esfuerzo, y la necesidad del sacrificio personal como el precio que es necesario pagar para alcanzar el éxito. Sacrificio que pasa por dejar todo a un lado para poder sacar el negocio adelante.
Y ese mantra se repite continuamente, hasta que el emprendedor/a lo interioriza de tal forma que termina por creerlo, y actúa en consecuencia. Deja a un lado su cuidado personal, su familia, sus amigos, y todo lo que realmente disfruta para ponerse a trabajar al 200% en su sueño, en ese negocio que le cambiará la vida, que le llevará al éxito.
El gran problema es que por el camino va a ir perdiendo lo más importante de su vida, sin darse cuenta. Es más, cuando un amigo o familiar le recrimine que ya no tiene tiempo para ellos, el emprendedor/a puede hasta sentirse ofendido, como si quisieran robarle el tiempo para lograr su sueño.
Y se llega al extremo que ni siquiera tiene tiempo para él/ella, para cuidarse, para comer bien, para hacer deporte, para descansar, para asearse, o para tener ocio. Y así van pasando las semanas, y los meses, y los años, y la vida se va yendo en un continuo estrés y dedicación 24/265. Y tanto si el negocio tiene éxito o si fracasa, el emprendedor/a se va deteriorando física y mentalmente, y sus relaciones personales y familiares van desapareciendo. Y sin apenas darse cuenta, su vida ha pasado, y ya no tiene fuerza para seguir emprendiendo, y debe dejar el negocio o traspasarlo. Todo aquello por lo que ha luchado desaparece o pasa a manos ajenas. El sentimiento de pérdida y el duelo posterior suelen ser enormes, y las cicatrices quedan para siempre.
¿Dónde está el error entonces? ¿Es cierto que un emprendedor/a debe sacrificar y destruir su vida personal si desea tener éxito empresarial? ¿Es cierto que la única forma de alcanzar tu sueño es alejarte de los que más quieres, y abandonarte hasta ti mismo/a?¿Por qué nos cuesta tanto a los emprendedores disfrutar de unas verdaderas vacaciones?
De base partimos de un concepto erróneo. No es necesario sacrificarte tú y tu vida por un negocio. Emprender es una actividad muy complicada, que es necesaria planificarla muy bien, y debemos pensar que es una carrera de fondo, no de velocidad. Por lo tanto, se trata de disfrutar del camino. Si has decidido ser emprendedor/a, no puedes agotarte física y moralmente en los primeros años, destruyendo además tus relaciones sociales.
Debe de haber tiempo para todo. Si no duermes bien, no comes adecuadamente, y no tienes suficientemente ocio, tu vida se va degradando. No puede ser.
Y como no puedes dividirte, debes utilizar una única agenda , tanto para tus compromisos empresariales como personales y sociales. Es decir, debes poner en tu agenda que al menos dos días en semana vas a hacer deporte, o que la próxima semana hay un concierto o un cumpleaños al que no quieres faltar. ¿Qué pasa? ¿Tienes miedo a que tu negocio no funcione si no le dedicas todo el tiempo? No por dedicarle más tiempo a algo va a salir mejor. Las tareas se alargan hasta abarcar todo el tiempo que tú les des. Si tienes sólo una hora, la harás, al igual que si tienes 5 horas. Obviamente todo tiene un tiempo mínimo de ejecución, pero pasado éste, lo demás es perder lo más valioso que tienes, tu propia vida.
Así que ya sabes, tienes que saber delegar funciones para poder descansar de verdad y dedicarle tiempo a tu familia y amigos. Tienes que ir a esa peluquería que tanto necesitas, o a hacer ese deporte que tanto te gusta y que te sienta fenomenal. Tienes que cortarte las uñas, o hablar dos horas con tu mejor amigo/a. Come con tu familia, y disfruta con tus relaciones personales. Dedica tiempo a tus hijos y tu pareja si los tienes, no dejes que los años pasen sin disfrutar de los mejores momentos de sus/tu vida.
Y tienes que saber cerrar el negocio por vacaciones. Aunque te pueda parecer imposible, tienes que organizarte de tal forma que desconectes totalmente de tu actividad laboral. Para ello debes saber delegar y crear la cultura del descanso entre tus empleados y clientes. Deja el móvil en un cajón, y lánzate a la aventura de disfrutar con los que más quieres de cualquier salida de tu entorno habitual. Verás como al principio te costará, te sentirás unos días enganchado, pero pronto lograrás que tu mente se relaje y vivas intensamente una calidad de vida que no te la puede dar ningún trabajo.
Dicen que si trabajas en lo que te gusta no trabajarás ni un sólo día más en tu vida. Yo te digo que aunque trabajes en lo que te gusta, debes dejar a un lado tu faceta emprendedora y dedicarte a desconectar totalmente. Verás como cuando vuelvas estarás totalmente renovado y afrontarás tu negocio con una nueva perspectiva.
Ya lo sabes, las vacaciones y el tiempo personal son imprescindibles y obligatorios para cualquier emprendedor/a que quiera seguir siéndolo durante toda su vida. Crea Tu Futuro y disfruta del camino. Será duro, pero será tuyo. Y empieza hoy. ●