¿Las nuevas generaciones son cada vez peores?

Por Matías Fonte-Padilla
El emprendedor que cree su negocio tendrá que contratar personal desde el inicio o más adelante si su empresa va creciendo. Eso supone uno de los lastres peores para cualquier organización, por su alto coste económico, y por los problemas que supone tener personal: formarlos, que trabajen bien, que haya buen ambiente, etc…
Obviamente contrataremos personas con experiencia, pero también jóvenes que se están incorporando al mercado laboral. Personas que prácticamente todavía son adolescentes, sin ninguna experiencia, y con una forma de ser todavía no curtida por la experiencia vital.
De los institutos y centros de formación profesional salen cada año, cuando llega junio, una nueva hornada de jóvenes. En principio podría parecer que deberían salir a comerse el mundo, que serán una nueva generación que van a ser el motor que va a sacar adelante a la sociedad.
Pero los adultos no tienen la misma impresión. Si miramos a nuestros jóvenes, nos parece que muchos están perdidos, que no están bien formados, que son vagos, que sólo piensan y hacen tonterías. La idea preconcebida es que las nuevas generaciones salen cada vez peor. ¿Es esto cierto?, ¿las nuevas generaciones de trabajadores son cada vez peores? ¿estamos abocados a la destrucción del trabajo serio porque cada vez tendremos peores trabajadores?
Ya Sócrates, hace unos 2500 años, escribía: “La juventud de hoy ama el lujo. Es mal educada, desprecia la autoridad, no respeta a sus mayores, y chismea mientras debería trabajar. Los jóvenes ya no se ponen de pie cuando los mayores entran al cuarto. Contradicen a sus padres, fanfarronean en la sociedad, devoran en la mesa los postres, cruzan las piernas y tiranizan a sus maestros”. Y como ves, todavía la sociedad occidental sigue en pie.
Esta falsa apreciación de nuestra juventud se debe sin duda a que quien lo valora ya es adulto, ya ha madurado, ha aceptado el sistema y las normas de la sociedad, mientras ve como muchos jóvenes las incumplen sistemáticamente.
Lo que ocurre en realidad es que una de las misiones de los jóvenes es poner a prueba el sistema, llegar a sus límites, y tratar de traspasarlos continuamente. Son los padres y madres, la familia, los profesores, el resto de la sociedad, los que les ponen los muros contra los que ellos chocan, una y otra vez, mientras se van formando como personas. Si no existieran esos muros, si la educación no pusiera límites, entonces sí que estaría perdida la sociedad. Los chicos/as que no conocen los límites son los que peor maduran, y por lo tanto los que peores adultos serán, y por lo tanto peores ciudadanos, trabajadores y/o emprendedores.
En todas las generaciones de jóvenes que terminan sus estudios, año tras año, se repiten los mismos patrones. Nos encontramos personas centradas, que van a por todas, que saben lo que quieren. Pero son las menos. Más del 80% de los que terminan sus estudios no saben que hacer en la vida, no tienen metas, no saben ni por qué han estudiado tantos años. Se han dejado llevar por la inercia, por la marea, y ahora que ya ha cesado la corriente, se sienten perdidos. Seguramente tú fuiste uno de ellos.
Hay muchos que ni siquiera se ven trabajando, y terminan haciéndolo en cualquier trabajo que les va saliendo. Otros siguen los consejos de los mayores, estudian demasiado y sacan una oposición, para quedar después atrapados en un trabajo que no les gusta pero que les ofrece estabilidad, y así siguen hasta la jubilación.
Los menos son los que tienen espíritu emprendedor. Tienen un sueño, y lo quieren hacer realidad. De ellos la mayoría entierra su sueño porque se ven incapaces de realizarlo, con una autoestima machacada por una sociedad que continuamente les dice que ellos no lo lograrán, y se lo creen.
Sólo algunos pocos son capaces de romper con todo y liberar el emprendedor que tienen dentro. Y luchan por su sueño. Trabajan duro, nadan contra la marea, se forman continuamente, emprenden y fracasan a diario, pero siguen adelante. Tienen en mente un futuro, unas metas, y tratan de alcanzarlas. Y así se van curtiendo, madurando y se convierten en verdaderos motores de la sociedad.
Si tú eres uno de ellos, Felicidades. Seas ahora mismo empleado o empresario, estás luchando por tu sueño. Si más adelante vas a necesitar contratar trabajadores recuerda que los que tienen mentalidad de empleados también están luchando por el suyo, que es el ser contratados, el tener estabilidad económica y laboral, ese sueldo a final de mes que les garantice crear y mantener su familia. Que no compartan tu visión emprendedora no significa que no se puedan crear buenas sinergias, y que todos alcancemos lo que estamos buscando.
Las nuevas generaciones no están perdidas, ni son peores que las anteriores. Simplemente son personas que tratan de adaptarse a una sociedad que los va encarrilando hacía unos destinos pre-configurados. Tú, que eres diferente, no ceses en tu empeño. El éxito se basa en la constancia. Seas ahora mismo empleado o empresario, Crea tu Futuro. Será duro, pero será Tuyo. Y empieza HOY. ●