¡Emprende! ¡Crea tu negocio ahora! ¡Que todos te dicen que lo hagas!
Por Matías Fonte-Padilla
No te dejes engañar. Los sistemas económico, político, administrativo, fiscal, laboral y cualquier otro que se te ocurra en este país están configurados de tal forma que se premia al empleado y se demoniza al emprendedor. Si decides ser empleado, entrarás en el sistema, y tendrás innumerables beneficios, pero si escoges ser empresario, mucho antes de abrir tu negocio todo el sistema irá en tu contra, y así será durante toda tu vida como empresario.
Pero desde que comenzó la crisis se ha bombardeado a la población con que la mejor salida laboral es crear tu propio empleo, crear tu propio negocio. A bombo y platillo han anunciado ayudas para la creación de nuevas empresas, han abierto más lugares donde asesorarte, han creado más formación específica para los emprendedores. Emprender está de moda. Ahora lo importante son los emprendedores, y te han tratado de convencer para que solicites toda tu prestación de golpe, o que pidas ayudas y te montes tu propio negocio.
No te dejes engañar. Sé inteligente. Es tu vida. Detrás de cada campaña de concienciación de la población hay siempre motivos escondidos que quizás nunca conoceremos. Uno de los datos más significativos es que por cada persona que sea convencida para montar su negocio conseguimos dos objetivos: bajar la lista de desempleados y aumentar el número de empresas, que son dos síntomas de recuperación económica, aunque dentro de unos meses tengamos un empresario arruinado como resultado.
Es fantástico que las personas sean lo suficientemente valientes para montar su propio negocio, y que eso repercuta en que hayan menos parados y que existan más empresas produciendo. Pero estos dos datos no pueden ser la razón última por la que tú arriesgues tu futuro Tienen que ser la consecuencia natural de proyectos exitosos con empresarios entregados en sus negocios, creando verdadero tejido empresarial, pagando impuestos, movilizando bienes y dinero, y contratando personal, que a su vez dinamizarán la sociedad.
Antes que nada tienes que plantearte seriamente ¿Soy realmente emprendedor? ¿Tengo los conocimientos, los valores y las actitudes de un emprendedor? Y lo más importante ¿Soy capaz de aguantar la presión que supone ser tu propio jefe, y el estrés continuo que eso supone, como horarios interminables, no tener dinero ni para gasolina personal pero tener que pagar a todo el mundo, que los negocios te vayan mal y pierdas lo invertido, que los trabajadores te fallen y te dejen colgado, que los clientes no te paguen, que los proveedores no te den lo que necesitas, pegarte muchos años sin ver un duro de beneficio, perder o limitar tus relaciones personales, etc., etc.? Si tu respuesta a esta pregunta es no, es que no tienes espíritu emprendedor. Un verdadero emprendedor no piensa en nada de esto, porque está luchando por su sueño, y cuando alguien vive su sueño, no está trabajando, está realizándose en su vida.
No vale la pena entrar en el debate de si el emprendedor nace o se hace, porque da lo mismo. La realidad es que un verdadero emprendedor tiene unas cualidades que lo hace diferente de los demás “trabajadores”. Podrá ser empleado toda su vida, pero su concepto del trabajo difiere tanto del resto, que muchas veces es totalmente incomprendido. Y en el país en el que vivimos, además es entorpecido, apartado y aplastado, pro el sistema y por sus compañeros.
La primera cualidad que posee es que le gusta lo que hace, y en lo que trabaja le hace feliz. Esto complica todo a su alrededor, porque no se adapta bien a las empresas y sistemas cuadriculados que tenemos en España. Disfruta con lo que hace, y no existe separación entre el trabajo y su vida, todo forma parte de su personalidad, de su forma de vivir en este mundo.
Él o ella no sabe de horarios, ni de “esto se ha hecho así toda la vida”, o de “no trabajes tanto que nos quitas el trabajo a los demás”, ni “eso es imposible”, etc. Todo el día están experimentando, probando nuevas formas de hacer las cosas, optimizando todos los procesos, haciéndose continuamente las preguntas ¿Por qué esto es así?, ¿Podría hacerse de otra manera? Todos los días tiene la mente abierta, y va aprendiendo tanto de cada paso que da que su propio trabajo es su mejor universidad. Aprovecha las experiencias de los demás, y con su actitud positiva trasmite buen ambiente a todo lo que hace y entusiasmo a los que están a su lado. Los conocimientos que adquiere no le importa compartirlos, porque sabe que cuanto más se distribuya el saber, más crecemos todos.
A todo emprendedor le llega su momento de lanzarse a materializar lo que lleva dentro de su mente mucho tiempo, lo que ha decidido es lo que realmente le hace feliz hacer. Encontrar el motivo de su vida profesional es el mayor descubrimiento interior que hace un verdadero emprendedor. El resto son todo añadidos que no van a detenerlo. Sean inconvenientes administrativos, fiscales, laborales, económicos da lo mismo. Él/Ella sabe lo que quiere, y ese es su único objetivo. Da lo mismo que hayan ayudas, o curso de formación, o ventajas fiscales, su proyecto de vida lo ejecutará cuando llegue el momento, sea cual sean las ventajas o inconvenientes. Un verdadero emprendedor crea su propia historia, crea su momento.
El verdadero emprendedor no ve el riesgo, la incertidumbre, el fracaso y los problemas como obstáculos, sino lo tiene todo interiorizado como parte del camino, como parte de su personalidad. La confianza en sí mismo y su visión de futuro van más allá de todo lo negativo. Van a vivir su vida, y nada se lo impedirá. Desgraciadamente, muchos de los actuales empresarios no tienen estas cualidades, son sólo buitres del sistema, que gracias a sus contactos y chanchullos mantienen negocios solo para su lucro personal. Es decir, están vacíos por dentro. Creen que la cercanía al poder y cenar en un restaurante de lujo los hace poderosos. Pero cuanto más tienen más vacíos se sienten, y nunca serán verdaderos emprendedores, es decir, nunca vivirán su vida, la que realmente tenían en su interior, la dejaron aparcada por el vil metal y por sentirse en la élite.
Ahora hazte esta pregunta ¿Quieres arriesgar tu vida porque te están diciendo que ahora es el momento? No. No lo hagas. Primero piensa que vida quieres vivir, fórmate para ello, da pequeños pasos todos los días hacia ese objetivo, y construye tu propio futuro a base de tus decisiones, no de lo que te digan desde fuera. Verás cómo creando tu propio proyecto, dando pequeños pasos todos los días, llegará el momento en que se materializará casi por sí solo, porque habrás trabajado muy duro para lograrlo, y sabes que ese es el único camino al éxito: vivir haciendo lo que te gusta hacer.
Los cantos de sirena para que todo el mundo emprenda ha lanzado a tantas personas al precipicio, a la muerte empresarial. Y después se han quedado endeudados, a veces de por vida, apagándose para siempre esa estrella emprendedora. Tantos verdaderos emprendedores que podían haber creado algo realmente innovador y que creara tejido empresarial, pero que han fracasado simplemente porque se dejaron llevar por los mismos que no arriesgan nada, por los que no emprenden, y que después se les lanzan como tiburones a cobrarles los tributos, ahogándolos antes de empezar. Déjate asesorar por personas que hayan fracasado y aprendido, que estén en la lucha constante, no por apoltronados detrás de su mesa de escritorio.
Crea tu futuro. Crea tu proyecto lentamente. Vive tu vida. Recuerda que solo hay una y es sólo tuya. Disfruta del camino. Conviértete en lo que siempre has querido ser. Pero cuando tú lo decidas. Todo depende de ti. ●