Todo es cuestión de actitud. Decide ser feliz

Por Matías Fonte-Padilla
Verás muchos empleados que se dedican con esfuerzo diario a hacer su trabajo lo mejor posible, con una actitud positiva, a pesar de estar cansados o tener un mal día. Sobre todo atendiendo al público, que es una labor siempre complicada. Personas que lo dan todo a diario: desde un dependiente de supermercado a un animador turístico o una vendedora de seguros, desde un enfermero a una policía, es maravilloso sentirte atendido por ellos/ellas.
Si miras a tu alrededor, a personas de tu misma edad que conoces, verás claras diferencias. Algunos/as han envejecido mucho, y otros/as parecen mucho más jóvenes. Y no es solamente una cuestión de como visten, o del color del pelo. La actitud frente a la vida define la edad que tienen.
Hay algunos que parecen apáticos, conformistas. Si les preguntas por su vida, te dirán que muy bien, como siempre. Que afortunadamente todo sigue igual, el mismo trabajo durante años, y sin grandes novedades en el tema personal. Y el problema no es que sigan en el mismo trabajo, sino que han decidido que no quieren aprender nada más en esa actividad. Estancarse para ellos es lo mejor, les ofrece estabilidad.
También hay trabajadores que se mantienen durante años en la misma empresa, quizás incluso durante toda su vida laboral, pero siempre están felices, porque sienten que estaban aprendiendo. La curiosidad natural que tienen les hace ir explorando nuevas formas de trabajar, de mejorar lo que hacen, de ofrecer mejor servicio al cliente. Y así pasan los años casi sin darse cuenta, porque “si trabajas en lo que realmente te gusta no trabajarás un solo día más de tu vida”. Y no significa que no sea duro, y que no haya días muy complicados, pero las ganas de seguir adelante les hacen sobreponerse a los contratiempos. Y así, en su vida laboral, tienen que afrontar numerosos cambios en su empresa o en la forma de trabajar. Los asumen con incredulidad, porque no saben lo que sucederá, pero después de un tiempo los aceptan e incorporan a su vida diaria como si siempre hubieran estado ahí.
Es increíble ver a una persona feliz trabajando. La energía positiva que te trasmite es capaz de alegrarte el día. Por eso, es tan importante que tú mismo te conviertas en ese tipo de trabajador, tanto si eres empleado como empresario.
Para lograrlo tienes que trabajarte de dentro hacía afuera. Lo primero es creer en ti y en tus posibilidades. Da lo mismo lo que venga de fuera, sea positivo o negativo, porque tú ya tienes en tu interior la fortaleza suficiente para seguir adelante. Y así, lo más importante es tener claro que tu felicidad no depende del exterior, sino sólo de ti mismo/a. Hay que decidir ser feliz. Lo segundo es tener claro tu objetivo a lograr, tus pequeños objetivos a alcanzar en los próximos meses. Pequeñas metas medibles que puedas disfrutar cuando las alcances. Y así, trabajar día a día sabiendo hacia donde vas.
Lo tercero es seguir disfrutando de ti y tu vida personal. Ser emprendedor no es una meta, es una maratón, es un camino demasiado largo para hacerlo sin satisfacciones personales. Por eso debes invertir tiempo en hacer deporte, en descansar, en tener vida familiar y social, en definitiva, invertir en tu salud física y mental. No puedes construir una vida plena empresarial si no sabes disfrutar de tu vida personal.
Todo es cuestión de actitud. Cada mañana cuando te levantes puedes elegir que tipo de vida quieres para ti. Puedes ir todo el día amargado/a, quejándote de lo que sucede, incluyendo tu familia por lo malo que son algunos, el gobierno siempre con corrupción, tu negocio con números rojos, el peatón que te miró mal y hasta tu equipo deportivo que perdió el último partido. Y así, vas llenando de oscuridad tu vida y a los que te rodean.
Surgirán conflictos que no podrás resolver, porque para ti serán tan importantes que solucionarlos sería quitarte un problema de encima, y tu alma se está alimentando de problemas, así que creas nuevos. Todo es un problema. Tienes la mente cerrada a nuevos aprendizajes. Y por supuesto lo que vas a atraer son personas tan negativas como tú, y situaciones tan malas que servirán para afirmar lo que ya tu sabías, que todo es una mierda.
Pero también te puedes levantar con confianza en ti mismo/a. Con ganas de poner un granito de arena positivo en el mundo. Y sin quejarte, vas saludando y tratando bien a los que te rodean, y resolviendo los conflictos con una buena cara. Y es que ya no son conflictos, solo inconvenientes para los que buscas la mejor solución posible rápidamente, y quedan resueltos según un “tú ganas – yo gano” que hace que se establezcan mejores relaciones a largo plazo. Y llegas feliz al trabajo, y te vas feliz. Has tenido un día duro, muy duro, pero apasionante. Has aprendido algo nuevo, y has tenido la mente abierta. Has disfrutado de otro maravilloso día de tu vida. Sabes que lo más valioso que posees es tu tiempo, y no lo malgastas con personas ni experiencias negativas, de las que te alejas lo más rápido posible.
Ahora, elige tú quien quieres ser, si el/la amargado/a que vive en un mundo lleno de problemas, o el positivo que ve oportunidades y aprendizajes y disfruta de su camino. Es tu vida, no la mía, y sabes, tiene una fecha de caducidad. Yo tú no dejaba pasar todos esos trenes de momentos felices y retos apasionantes. No importa si no lo tienes todo controlado. Simplemente levántate y comienza a andar. Lo realmente importante es que sepas quién eres y hacia donde vas. Crea Tu Futuro y disfruta del camino. Será duro, pero será tuyo. Y empieza hoy. ●