“El Obradoiro de Martina ha revitalizado el bordado tradicional de La Palma, le ha dado una nueva aplicación”

Martina González Franco – artesana, responsable del Obradoiro de Martina
Martina González Franco ha rescatado, en su taller ‘el Obradoiro de Martina’ ubicado en el municipio palmero de Las Breñas, el bordado tradicional de La Palma, para darle un nuevo uso. Se utilizaba antes para confeccionar mantelerías, toallas y trajes regionales, y ella lo aplica ahora a la ropa actual de diario y de fiesta, pero manteniendo la esencia artesanal. De esta manera ha conseguido estar nominada a los Premios Nacionales de Artesanía, que se fallarán en próximas semanas.
Como explica González Franco a CANARIAS EMPRESARIAL, durante estos cuatro años que lleva abierto su taller ha luchado para que sea percibido como un proyecto profesional, en el que también se atiende “a la correcta inserción laboral de la mujer, que suele ser más dura que la del hombre”. “Hacemos que la vida laboral y la familiar esté conciliada, que esté en armonía, para hacer el trabajo de manera más feliz y de mayor calidad”.
-¿Que ha valorado el jurado que la ha nominado al Premio Nacional de Artesanía?
“Lo que valoran creo que es la trayectoria del Obradoiro: el rescate de los bordados tradicionales de la isla; y las nuevas aplicaciones. Aquí en la isla, durante mucho tiempo el bordado fue una forma de ganarse la vida por parte de las mujeres, de ser profesionales, y en menos de dos décadas dejó de ser productivo. Después de que se empezó a introducir los bordados industriales asiáticos, el bordado artesanal fue perdiendo mercado. Nosotros volvemos a revitalizarlo, defendiendo un trabajo profesional y entre mujeres. Y fuimos pioneros e innovadores, porque cogimos los bordados tradicionales y les dimos esa nueva aplicación, para que fuera una artesanía viva, en la que nosotros somos partícipes. Nadie lo había hecho antes”.
-¿Cuáles son las novedades que ustedes aportan con respecto a los productos tradicionales?
“Antes no se cambiaba el formato, solo se hacían mantelerías, toallas y trajes regionales. Nosotros cogimos los grabados y los empezamos a introducir en la moda actual, haciendo que el bordado fuera mucho más vistoso, y que a la gente le empezara a gustar. Los bordados los hacemos de forma artesanal, igual a como lo hacían las mujeres de antaño. Las técnicas utilizadas, tanto del tiznado, como del bordado y del grabado, son las mismas. La única diferencia está en adaptarlos para la vestimenta, porque por ejemplo, los bordados sacados de un gran mantel se utilizan para un vestido de novia, pero cogiendo solo una parte, con la misma esencia. También somos innovadores en el uso de una amplia gama de colores. Porque los trajes regionales y las toallas siempre se habían bordado en blanco y en crudo, y nosotros empezamos a bordar en colores lila, rosa, añil, haciendo que fuera mucho más vistoso”.
-¿Y qué diferencia al Obradoiro de otras empresas?
“En estos años nosotros hemos luchando por profesionalizar la empresa, para que no nos traten como si hiciéramos un hobby. Hemos ido contagiando al resto del sector artesanal, que estaba adormecido. Hemos influido en el trabajo de los otros artesanos, haciendo productos más atractivos para el mercado. Además, uno de los valores por los que la gente apuesta por nosotras es que el Obradoiro también atiende a la correcta inserción laboral de la mujer, que suele ser más dura que la del hombre. Aquí no trabajamos con un horario sino con unos objetivos”. “Si a cualquiera se nos pone enfermo uno de nuestros hijos, no venimos a trabajar, primero cuidamos del niño y ya recuperaremos el tiempo o llevamos el trabajo a casa. Hacemos que la vida laboral y la familiar esté conciliada, que esté en armonía, para hacer el trabajo de manera más feliz y de mayor calidad”.
-Al tratarse de artesanía, la producción debe ser baja ¿pueden vivir de ella?
“Sí, vivimos de la producción cinco mujeres: cinco sueldos, cinco seguros y todo lo que conlleva. Si nos comparamos con Zara, sí tenemos una baja producción, pero si lo haces con un taller tradicional de una modista, tenemos una alta producción”.
-¿Quiénes son sus principales clientes?
“Nuestros puntos principales de venta están en Tenerife y en Gran Canaria, en dos ‘showrooms’. Nuestras primeras clientas eran palmeras que vivían fuera de la isla, y que habían tenido algún familiar bordador, como una abuela o una bisabuela. Nosotros le empezamos a dar ese nuevo vínculo con lo tradicional. La primera boda para la que trabajamos fue en Madrid. A la novia, que era de La Palma, le hicimos su traje y el traje para las niñas de arras. Los vínculos que tenía con su isla y con su abuela, en el día de su boda, eran los vestidos hechos en el Obradoiro”.
-¿Han continuado esta linea de diseño de trajes de novia?
“Sí, ya presentamos una colección en la feria Feboda, de 2016, donde hicimos el lanzamiento de esta línea de ropa. Y hemos ampliado la colección que vamos a presentar ahora en Tenerife Moda, del 29 de marzo al 2 de abril”.
-¿Organiza su producción en colecciones para diferentes temporadas de cada año?
“Sí, la organizamos en pequeñas colecciones. Se puede decir que trabajamos para la temporada de primavera-verano. No sacamos colección de invierno. Porque nosotros bordamos en el invierno, para sacar en primavera-verano, cuando empiezan las comuniones, las bodas, sacamos también los vestidos de bautizo. Confeccionamos prendas de ceremonia: infantil y mujer de fiesta, trajes de noche, novia…”
-¿Quieren aumentar los puntos de venta en el futuro?
“Además de los dos showrooms en Tenerife y Gran Canaria, tenemos venta directa en la tienda de La Palma”.
-También, en el taller de La Palma imparten clases…
“Sí, porque cuando se trabaja en artesanía, si no hay manos jóvenes que continúen el legado, cuando muere el artesano, se deja de contar esa historia. Y cuando esto ocurre se muere el patrimonio. Por eso queremos que el Obradoiro continúe en el tiempo, y que cuando nosotras nos vayamos, el trabajo siga, que se continúe aprendiendo, que se siga valorando la modistería y el diseño. Nosotros, por ejemplo, no compramos puntillas, sino que las vendemos, ni compramos encajes sino que lo hacemos, para que los vestidos que hagamos cuenten en un principio la historia de la isla de La Palma, de las mujeres de aquí, luego cuenten nuestra historia, del Obradoiro, y también cuenta la historia del cliente”.
-Sus productos también se pueden adquirir por comercio electrónico a través de la web…
“Sí, antes de abrir los puntos de venta en Tenerife y en Gran Canaria, la ventana que nos abrió al mundo fue la web. Vivíamos de lo que vendíamos a través de la web”.
-Este año particparán en la feria de Tenerife Moda ¿Pertenecen al colectivo?
“Tenerife Moda es un proyecto del Cabildo de Tenerife, y nosotros residimos en la isla de la Palma. No pertenecemos al colectivo pero los organizadores nos tratan como sí lo fuéramos. Se está trabajando para que salga un convenio para poder entrar de forma oficial. Hasta ahora hemos estado de forma invitada. Este año nos han dado un stand en la zona promocional, en un sitio privilegiado, con los demás diseñadores de Tenerife Moda”. ●