“La empresa Tivity es social porque fomenta el turismo sostenible»

Javier González – cofundador de Tivity
Fomentar el turismo sostenible, no solo implicándose en “no tener un impacto medioambiental negativo”, también mejorar “la realidad socio-económica del lugar” y respetar y promover “la diversidad de los pueblos que se visitan”, son algunos de los objetivos que persiguen Javier González y Tanja Westerhold desde que fundaron hace tres años la empresa social Tivity. Según explica González a CANARIAS EMPRESARIAL, se ha convertido en ‘social role’, es decir, en promotor “de un modelo exitosos de emprendimiento juvenil, para que los jóvenes puedan motivarse a emprender también”, dentro de la iniciativa ‘My social role’, gestionada en Tenerife por Fifede y financiada por el programa Erasmus+ de la Comisión Europea.
-¿La iniciativa ‘My social role’, está dirigida a proyectos de emprendimiento social dentro del programa Erasmus+?
«Es un programa europeo, en el que hay tres acciones claves, y la segunda es la formación. En esa rama es donde está el programa ‘My social role’. Se dirige a los jóvenes de áreas urbanas que se enfrentan a desafíos sociales, económicos o geográficos, y el proyecto les proporciona formas innovadoras y flexibles de involucrarse en el aprendizaje empresarial y social».
-¿Cuál ha sido su papel en esta iniciativa ‘My social role’?
«Soy un ‘social role’. Me hicieron un vídeo, que se publicará próximamente, que está muy interesante, sobre la empresa Tivity y el enfoque social que tiene: la búsqueda del turismo sostenible, de la interpretación del patrimonio, de la identidad canaria… Se trata de establecer modelos exitosos de emprendimiento juvenil, para que los jóvenes puedan motivarse a emprender también.
El programa ‘My social role’ es para emprendedores de entre 16 y 29 años. Yo cuando empecé a emprender tenía 29 años, y estaba en el límite, y por eso me avisaron. No es tanto que la empresa esté destinada a jóvenes, sino que el emprendimiento haya salido de un joven, y por otro lado, que sea un emprendimiento social».
-¿Por qué la empresa Tivity es social?
«Es social porque fomentamos el turismo sostenible, y dentro de este, no solamente nos implicamos en no tener un impacto medioambiental negativo, también nos involucramos en mejorar la realidad socioeconómica del lugar del destino, en este caso Tenerife, y respetamos y promovemos la diversidad de los pueblos que se visitan. Por ejemplo, hemos llevado a cabo diferentes trabajos con la Asociación Cultural Salto del Pastor Taborno, que incluso ayudamos a constituir; trabajamos con queseros de la zona; ponemos en valor el patrimonio de Anaga, para los locales y para los visitantes; e intentamos que, en la realidad socio-económica de esta gente, el turismo tenga un valor adicional, sin cambiarla. Se trata de que el cabrero siga haciendo de cabrero, aunque el turismo le de una serie de beneficios adicionales, sin cambiar su realidad.
Ese es nuestro concepto, y además, aparte, hacemos una labor de educadores ambientales, en todos nuestros senderos. Como empresa de turismo activo, hacemos actividades de senderismo principalmente, y en todas ellas, aunque los clientes no lo sepan, existe un componente de educación ambiental».
-¿Están dirigidos a grupos reducidos de turistas?
«Sí, trabajamos con grupos reducidos siempre, no solo de locales, también de extranjeros, como grupos de alemanes, con los que hacemos actividades durante una semana, poniendo en valor cosas que no se suelen mostrar habitualmente. En vez de hospedarnos en el sur de la isla o en el Puerto de la Cruz, nos quedamos en La Laguna, donde enseñamos su patrimonio, hacemos consumo local en sus mercadillos y degustamos su gastronomía. Es una actividad que al público que la ha hecho, le gusta, y no la hace ninguna otra empresa. El beneficio se queda en las islas y en las personas.
Porque Canarias vive en una dicotomía: por una lado está lo que se suele decir, que llega mucho turismo, y por otro lado, está la realidad de una de las regiones más pobres, no solo de España sino de toda la Unión Europea, con un paro altísimo y con empleos mal pagados y poco cualificados. El beneficio del turismo no se queda aquí. Son los grandes turoperadores europeos, los hoteleros con el todo incluido, los que se desentienden de la sostenibilidad del turismo.
Lo que dije en el vídeo es que: si nuestro caso, de la empresa Tivity, fuera de éxito, se aceptaría la sostenibilidad del proyecto. Imagina un sendero que yo hago con 12 personas, en el que visitamos a un cabrero. No puede ser que todos los días se haga esta actividad, porque el concepto no tiene esa capacidad de carga, porque se convertiría en un proyecto de masas. De lo que se trata es que sea pequeño, con pequeñas entidades y trabajando en esa línea. El público ya lo está demandando, pero para una pequeña empresa es muy difícil contactar con los turistas en origen y lograr los medios que tienen los grandes operadores».
-¿Cuándo nació el proyecto ‘Tivity’?
«Somos dos emprendedores los que fundamos el proyecto -la otra es Tanja Westerhold- que empezamos en esta actividad con una asociación, llamada Desaplatánate, trabajando de voluntarios durante dos años, en la responsabilidad social corporativa, convirtiéndonos en guías oficiales, conociendo la isla… Y hace tres años dimos el salto a convertirnos en una empresa, y a crear la marca Tivity».
-¿En qué fase de desarrollo está ya?
«Tuvimos asesoría con muchísima gente: con la Fundación General de la ULL, con muchos programas de Mentor Day, con el Intech Tenerife, y en todos ellos nos motivaron a hacer un plan de empresa, que desde mi humilde punto de vista, no se puede llevar a la práctica. El papel lo aguanta todo y se puede escribir que nos vamos a hacer ricos en tres días, pero eso no es lo real.
Lo cierto es que nosotros estamos en fase de consolidación, pivotando sobre los proyectos que tenemos. Y dentro de poco, en septiembre, haré un programa de Erasmus Entrepreneur. Me iré a una entidad, una empresa ya consolidada de Alemania, y estaré allí trabajando con ellos durante tres meses. Mi objetivo es establecer a largo plazo conexiones con esa entidad, principalmente para hacer viajes de estudios a Tenerife, con grupos reducidos, con la temática de la educación ambiental y un poco de ocio».
-¿Cómo se ha financiado hasta ahora el proyecto ‘Tivity’?
«Con recursos propios. Es verdad que desde las administraciones se da mucho apoyo en cuanto a asesoramiento y demás, pero creo que es insuficiente. Porque el que asesora no ha sido emprendedor, y todas las metodologías están basadas en sistemas anglosajones o americanos, en cuanto a la escalabilidad, a los ‘pitch combat’… Son conceptos que no se pueden replicar en Canarias. Creo que si la administración cree en un proyecto emprendedor, debe aplicar líneas de financiación de interés cero, u organizar concursos con premios de por ejemplo 5.000 euros, que son muy útiles para los proyectos incipientes, pero no para gastarlos en traer a expertos en marketing para dar charlas. Eso es lo que echo de menos.
No buscaremos financiación externa, porque para este proyecto significaría quitarle la identidad. Lo principal son las personas, porque el nombre de ‘Tivity’ viene de activity-connectivity, es decir, conocer a personas a través de actividades. La propuesta de valor nuestra es nuestra gente. Hacer una ronda de financiación, para escalar el proyecto, estaría muy bien porque a día de hoy todavía seguimos luchando por nuestra sostenibilidad económica, que todavía no hemos conseguido, pero creo que el proceso debe ser orgánico, y debe mantener su identidad. No podemos creer en un turismo sostenible, si nosotros perdemos nuestra identidad. Nuestro objetivo es poder vivir de esto, seguir trabajando en lo que nos gusta, y a la vez, echar una mano a la economía de la isla, de forma indirecta. Eso sería lo ideal, y vamos lentamente en esa dirección».