“La innovación en el sector servicios es el gran reto de la economía canaria, pero hace falta diseñar instrumentos específicos para ello”

Madelon van Oostrom – doctora en Sociología y técnico de innovación en el Parque Científico y Tecnológico de Tenerife (PCTT)
“Existe una contradicción fundamental en el sistema de I+D+i de Canarias. Las políticas de innovación que se han implementado son propias de regiones industriales con fuerte presencia de grandes y medianas empresas de alta tecnología; en cambio, apenas se han desarrollado políticas basadas en una concepción más amplia, que incluya la innovación no tecnológica, la organizativa y la comercial, más adecuadas para una economía de servicios como la canaria”.
Por eso “la innovación en el sector servicios es el gran reto de la economía canaria”, pero para diseñarla “hacen falta instrumentos específicos”, señala a CANARIAS EMPRESARIAL, la doctora en Sociología y técnico de innovación en el Parque Científico y Tecnológico de Tenerife (PCTT), Madelon van Oostrom. La experta leyó recientemente su tesis doctoral en la Universidad de La Laguna, y presentó su trabajo de investigación en la Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife, basado en la cultura de la innovación y las microempresas en el sistema regional de I+D+i.
-¿Qué aspectos de la innovación analiza su tesis?
“Trata sobre la cultura de la innovación y las microempresas en el sistema regional de I+D+i. Este trabajo implica un análisis, básicamente, a tres niveles: 1) a la microempresas; 2) a los campos organizacionales del sistema canario de I+D+i; y 3) el sistema regional de innovación como nivel macro de análisis. Cuando se estudia la innovación como fenómeno económico desde la sociología, el acento recae sobre los factores y mecanismos socioculturales que influyen en ella, y conviene hacerlo desde un marco de análisis amplio. Mi tesis supone un análisis a tres niveles: empresarial (microempresas), institucional (política y sistema de innovación) y sociocultural (estructura social y cultural de la innovación). En Canarias tenemos una situa-ción de desventaja respecto a los resultados y capacidades de innovación de las regiones a nivel nacional y europeo, con pocas empresas innovadoras y bajos resultados según los indicadores de I+D+i. Esta situación cabe explicarse por una inadecuada política de fomento a la I+D+i en las Islas, así como por la ausencia de la cultura de la innovación en las microempresas y los demás agentes del sistema regional de innovación, que son las principales conclusiones de mi tesis”.
-¿Cuántas empresas cana-rias introducen la innovación en su sistema productivo?
“El estudio incluyó un análisis cuantitativo basado en una encuesta que se realizó a 434 microempresas. En Canarias, el 96% del tejido empresarial lo conforman las microempresas (de 0 a 9 empleados). Se han clasificado tres grupos de empresas según su perfil innovador: No innovador (56%), Innovadoras moderadas (18%) e Innovadoras activas (26%), que es un poco más que el 21% de empresas innovadoras registradas por el INE, que sólo consulta a empresas con más de 10 empleados. El comportamiento innovador de las empresas canarias tiene una relación significativa con algunas de sus características como el tamaño y nivel educativo del empresario. Este comportamiento innovador puede definirse por: su gran dependencia de tecnología externa, un rasgo que comparte con el resto del tejido empresarial español; su escasa colaboración con centros de investigación de las microempresas (8%), que muestra la otra cara de la moneda de la dependencia tecnológica y refleja una muy limitada capacidad de absorción de conocimiento del entorno y de desarrollo de nuevos productos o servicios; y por su estructura económica, volcada en el sector servicios y sin apenas presencia del sector industrial”.
-¿Que sectores de las micropymes cana-rias son más propensos a la innovación?
“El sector servicios es el sector económico que más contribuye al Producto Interior Bruto (PIB) de Canarias (más del 80%) y que más empleo genera en las Islas. Pero es un sector con baja intensidad de innovación tecnológica, que es donde va dirigida el mayor peso de las políticas de I+D+i de la región. La innovación en el sector servicios es el gran reto de la economía canaria, y hace falta diseñar instrumentos específicos para ello en el marco de la Estrategia de Especialización Inteligente (RIS3) de Canarias, que es una tarea pendien-te a día de hoy. Las microempresas canarias con mayores niveles de comportamiento innovador se concentran en las actividades científicas, tecnológicas y profesionales, en la industria, en las actividades de la información y de las comunicaciones y en el sector primario. Es precisamente el sector primario quien demanda con mayor frecuencia a las universidades y centros de investigación, servicios científico-tecnológicos avanzados para el desarrollo de nuevos productos”.
-¿Cuál sería la política de I+D+i más ade-cuada para las micropymes canarias?
“Existe una inadecuada política regional de I+D+i que constituye una gran barrera institucional-regulativa a la innovación en las Islas. Tenemos una legislación y unas políticas públicas de promoción de la I+D+i en Canarias, hasta la aprobación de la estrategia de especialización inteligente de Canarias, la RIS3, a finales de 2013, que han estado orientadas principalmente hacia la generación de conocimiento científico, eminentemente público. Hay poca atención y recursos para la innovación de carácter tecnológica en los documentos oficiales de regulación. Además, la innovación se concibe principalmente como innovación tecnológica, lo que dificulta la conexión con las microempresas del sector servicios. Existe una contradicción fundamental en el sistema de I+D+i de Canarias, donde se han diseñado e implementado políticas de innovación propias de regiones industriales con fuerte presencia de grandes y medianas empresas de alta tecnología, siguiendo el modo STI de innovación. Pero esta inversión no ha venido acompañada de medidas de capacitación y de consolidación de empresas innovadoras en la región. Este desajuste parece difícil de corre-gir sin un cambio en la orientación de las políticas públicas hacia un modelo basado en otra concepción de la innovación, más amplia y que incluye la innovación no tecnológica, la organizativa y la comercial. Se trata del modo DUI (Doing, Using & Interacting), que suele considerarse como el más ade-cuado para una economía de servicios, donde la atención se centra en los procesos de aprendizaje y colaboración conjuntos entre empresas, usuarios e investigadores”.
-¿Se puede hacer I+D+i dentro de una micropyme canaria, de manera rentable?
“Muy difícilmente, a no ser que se trate de una empresa de base tecnológica tipo spin-off universitario de las que carecemos en las Islas. El esfuerzo debe centrarse, en mi opinión, en implementar prácticas que fomenten una cultura de la innovación que permita una mayor absorción del conocimiento del entorno, que es, como señalé antes, una estrategia mucho más eficiente y eficaz para las empresas de reducido tamaño. Sobre todo en una economía de servicios, donde el modo de innovación principal no se trata de la innovación tecnológica sino de la innovación organizativa y comercial, que requiere de cambios organizativos y la adopción de estrategias y prácticas que promuevan la colaboración dentro y fuera de la empresa, la creatividad, el trabajo en equipo y el aprendizaje conjunto e interactivo con otras empresas, y que resalte valores como la apertura al cambio y a las novedades, la confianza, la tolerancia al fracaso y al riesgo y el aprecio por la diversidad y el pensamiento crítico e independiente”.
-¿Cuál es la mejor manera de transferir los resultados de investigación producidas en la Universidad o en centros externos al tejido productivo de las micropymes?
“Ese es un debate muy importante en el que no existe unanimidad de opiniones. En Cana-rias, en España y en Europa en general, existe una acumulación de conocimiento especiali-zado, y tecnología que no se es capaz de transferir de una manera eficiente a la sociedad y a las empresas. Al menos, no tanto como en otros países de la OCDE como Estados Unidos, Japón y Corea. Para las Islas podemos tomar como referencia a Dinamarca, cuya economía se basa en el sector servicios y que tiene un tejido industrial muy escaso, como en Canarias, pero que es bastante innovador. Aquí la concepción de la innovación se basa, no en el modelo lineal, sino en el modo DUI que mencioné antes, y que incide en políticas y acciones de fomento de la innovación basadas en la interacción de universidades, docentes y programas de aprendizaje conjunto con empresas y usua-rios finales. Los alumnos apren-den haciendo y resolviendo problemas reales, identificados por las empresas, y con un enfoque de aprendizaje basado en proyectos, lo que promueve la colaboración”.
-¿La colaboración entre empresas es una buena manera de transferir conocimiento? ¿En Canarias se da esa colaboración?
“En Canarias el asociacionismo es bajo y existe un escaso espíritu colaborador, y esta es otra de las conclusiones de mi tesis. Rea-licé un análisis cualitativo basado en 27 entrevistas en profundidad y 3 casos de estudio a microempresas, que dio lugar a la identi-ficación de una serie de barreras culturales que obstaculizan la colaboración en las Islas: las relaciones de colaboración entre las empresas son escasas y se caracterizan por la desconfianza, que viene motivada por el individualismo, por la falta de cohesión que caracteriza al tejido empresarial canario, y por el descrédito de las asociaciones y clusters empresariales, que se ven como estructuras ficticias acaparadoras de subvenciones; la microempresa se encuentra en una posición de desventaja respecto a los agentes académicos, debido a la naturaleza asimétrica de las relaciones universidad-empresa, además, el grupo de investigación es percibido como competencia desleal al ofrecer mejores condiciones laborales a los RRHH cualificados y al prestar servicios avanzados y desarrollos tecnológicos a la AAPP; y las microempresas se encuentran en una posición inferior respecto a los agentes del ámbito político-público, debido al desconocimiento de la innovación y la falta de legitimidad y reconocimiento que experimentan”.
-¿Los espacios propicios para fomentar la colaboración son los nuevos viveros de empresas y los espacios coworking?
“Esta puede ser una manera para fomentar la colaboración en espacios diseñados para incentivar, o mejor dicho, provocar la innovación. Los parques tecnológicos y otros espacios e infraestructuras innovadores donde se fomenta la colaboración son los lugares por excelencia donde transferir el conocimiento. Por ello es tan importante que enclaves como el futuro Cuevas Blancas y el polo universitario Hogar Gomero del Parque Científico y Tecnológico de Tenerife integren empresas innovadoras y de base tecnológica de distinta clase y sectores”.●