“Intentan ‘vender’ la idea de que montar un negocio no es complicado, cuando es radicalmente falso en el 90% de los casos”

Raúl Tristán – autor del libro ‘¡Emprendedores! El virus de la ingenuidad’
La realidad a la que se enfrentan los emprendedores cuando pretenden iniciar una actividad económica es mucho más compleja de lo que nos quieren hacer entender los representantes de las administraciones públicas, “interesada en liberarse por la vía del emprendimiento, de un gran número de parados”, y los asesores, gestores, consultores y formadores, “que solo buscan su propio beneficio, sin importarles lo que le ocurra al negocio”. Así lo explica Raúl Tristán, autor del libro recientemente publicado ‘¡Emprendedores! El virus de la ingenuidad’, en el que desmonta en cada capítulo las mentiras que se han ido construyendo alrededor de la figura del emprendedor. Tristán ha explicado a CANARIAS EMPRESARIAL algunos de los obstáculos que deben sortear los empresarios insipientes.
-Las personas que se planteen emprender, si no disponen de financiación propia ni de alguna de las tres ‘f’ ¿cree que deberían olvidarse de emprender?
“No necesariamente. Particularmente me muestro partidario de la idea de que quien no tenga el capital necesario para hacer realidad su proyecto, no emprenda. Así de claro y rotundo. Ahora bien, si el proyecto es viable, la idea les apasiona y cuentan con un buen equipo, y están decididos a hacerlo, pese a tan sabio consejo en contra, siempre pueden acudir: a la financiación bancaria, lo que no les recomiendo en absoluto, pues entramos de nuevo en el mismo juego al que han jugado las entidades financieras con las hipotecas en el mercado inmobiliario; y al capital riesgo, y aquí una observación importante, los inversionistas pueden significar que tu sueño se haga realidad, o que se hunda para siempre; además de la posibilidad de encontrarte fuera de él, porque ‘no les sirves’, o de que tu proyecto se convierta en aquello que tú no proyectaste, en ‘otra cosa’… Otros experimentos para el apalancamiento, como el crowdfunding, o las subvenciones, no los contemplo. No son fuente segura de capital en flujo constante y en la cuantía precisa. Lo afirmo con claridad meridiana en el libro: no se puede emprender sin dinero, hace falta mucho dinero para emprender. Mucho”.
-¿La fiscalidad española es uno de los grandes obstáculos que tienen los emprendedores para que sus empresas crezcan?
“No se trata solo de fiscalidad. En términos amplios deberíamos hablar de la voracidad del Estado y de todas sus instituciones y administraciones, cada una a su nivel. Un negocio que comienza no debería tener que pagar ni un solo euro al Estado ni a sus administraciones acólitas, mientras el negocio tenga cero beneficios. Y una vez se comience a tener beneficios, pagar en todo caso en base a estos un porcentaje fijo. Máximo un 10%. Todos estos planes de apoyo al emprendedor de los que tanto alardean las administraciones no son sino el chocolate del loro. Una empresa puede no ser rentable en un año, o en dos o en cinco…. Entonces, ¿por qué debo pagar al Estado por perder dinero, o ni siquiera ganarlo? El problema en este país es que el Estado lo contempla todo como fuente de ingresos, en una visión absolutamente cortoplacista impregnada de un una interpretación infantil de la economía nacional, en lugar de pensar a largo plazo y ver a los empresarios como los auténticos generadores de riqueza y de empleo en el país, si se les deja crear riqueza y empleo”.
-¿Otro de los grandes obstáculos de los emprendedores es la excesiva burocracia a la hora de iniciar la actividad?
“No puede ser que negocios que se podrían montar en 24 horas, requieran papeleos y licencias que retrasen la apertura durante meses. Resulta excesivo el enmarañado legislativo y normativo existente, que se multiplica de una comunidad a otra y que dificulta la expansión de un negocio incluso en el propio territorio nacional. Parece como si se legislara para impedir la creación de negocios, o para ‘cazar’ al empresario en un renuncio una vez montado éste. La ‘hiperlegislación’ tiene claros fines sancionadores y recaudadores. Mitos como que una empresa se monta en España en 24h online, o que la Ventanilla Única ha venido a resolver todos los problemas de burocracia… no se sostienen si no es por la insistencia en la mentira de instituciones y medios de comunicación comprados a base de publicidad institucional”.
-¿Qué formación debe tener un emprendedor para poder crear una empresa con las mínimas garantías de éxito?
“Evidentemente dependerá del sector, del tipo de negocio, del mercado… Cada nicho, sector, mercado requieren una formación específica, concreta y lo más práctica posible en relación a ellos, eso está claro. Ahora bien, hay una serie de conocimientos básicos, que son comunes a todo emprendedor, sin necesariamente profundizar en ellos en demasía: legislativos; laborales; financieros-contables; de planificación, organización y estrategia empresarial; marketing; dirección de proyectos; dirección y gestión de personas; etc. Fundamental: que toda la formación sea 100% práctica y útil. Vale más un profesorado que conozca por propia experiencia de lo que habla, que varios profesores universitarios o algunos formadores ‘listillos’ que no han pasado jamás de la teoría a la práctica”.
-¿Quiénes le pueden asesorar, de la mejor manera posible, a la hora de iniciar la actividad?
“Tal y como está organizado el sector del emprendimiento en España, hoy día, no queda más remedio que acudir a las instituciones y organismos que la administración ha creado para ello (es decir: sin que te zancadillee. Si lo haces fuera de su circuito, es más fácil que te conviertas en carne de cañón…) pero yo recomiendo que ésta no sea la única fuente informativa, porque es 100% interesada y además, en muchos casos, nos vamos a encontrar con funcionarios que jamás en su vida han emprendido… Así que hay que armarse de libros que relaten experiencias (como el mio y algunos otros); en Internet hay cientos de páginas que tratan temas de emprendimiento y empresariales, con contenidos muy trabajados. También hay profesionales de la consultoría que pueden dar buenos consejos, pautas, estrategias… En todo caso, hay que huir de quienes venden humo, de aquellos que repiten siempre las mismas cantinelas, de los que intentan ‘sablearnos’ por decirnos lo que ya sabemos, de quienes no han salido de las aulas o de la administración en su vida, de quienes te venden que todos valemos para emprender y que tienes ‘superpoderes’ y que todo el mundo es magnífico…”
-¿El gran defecto de los nuevos emprendedores españoles es la impaciencia, pretender hacerse ricos de la noche a la mañana?
“¡Es que muchas veces nos venden que eso es posible! Por eso gastamos tanto dinero en loterías… Estamos inmersos en una sociedad infantilizada que ha perdido por completo la visión a largo plazo que tenían nuestros abuelos, y por supuesto la cultura del esfuerzo. La nuestra es la sociedad exponente máximo del ‘pelotazo’ y del ‘todo ya’. Y consumimos tiempo y etapas como consumimos todo en la vida: ropa, coches, comida, relaciones… En la vida hay una serie de etapas que deben seguir un orden más o menos lógico: debes formarte, adquirir experiencia, y después, con ese conocimiento y esa experiencia, con una madurez y evolución personal, ya te encuentras en condiciones óptimas de crear… Pero se ha vendido que esta civilización es la de ‘la juventud’, y ninguna gran civilización se ha construido en base a los jóvenes (que por otra parte sí deben aportar a las estructuras y organizaciones ímpetu, una visión renovadora, capacidad de crítica…). Muchos universitarios salen de las aulas y ya quieren ganar 60.000 euros y ser CEO”.
-¿Quiénes son los principales interesados en difundir la idea de que el emprendimiento es la gran solución para salir del paro? ¿Quiénes son los culpables de que se haya creado ‘la gran burbuja del emprendimiento’?
“Emprender, tener una sociedad de emprendedores, es imprescindible para generar riqueza y empleo, como he señalado anteriormente. Pero una política de emprendedores no se puede improvisar y crear de la noche a la mañana. Necesitamos una auténtica cultura emprendedora, que venga propiciada desde las familias y la escuela, pero ‘con cabeza’: no todo el mundo vale para emprender, ni todo el mundo debe emprender. Lo que se está haciendo en este país es intentar ‘vender’ a todo desempleado o no empleado, la idea de que puede ser emprendedor, que montar un negocio no es tan complicado, y que además va a ser la solución a su crisis personal financiera… Cuando es radicalmente falso en el 90% de los casos… A la administración, le interesa liberarse por esta vía, la del emprendimiento, de parados y no empleados, igual que en su momento, en connivencia con el sistema financiero, fomentó la compra de viviendas, y potenció la burbuja inmobiliaria… Además, a la Administración hay que añadir a una cantidad ingente de embaucadores que solo pretenden su propio beneficio, sin importarles lo que a ti te ocurra después con tu ‘negocio’. De estos los hay entre asesores, gestores, consultores, formadores, etc.”
-¿Cuál debe ser el papel de las administraciones públicas en relación a los emprendedores: formarles, asesorarles, financiarles o dejarles en paz (liberalizar la actividad empresarial lo más posible)?
“Lo mejor que puede hacer el Estado por el individuo es dejarle en paz. Y para ello: limitar el poder de administraciones e instituciones, cargos políticos; eliminar legislación irracional, normalización excesiva; eliminar impuestos, tasas, cuotas… y reducirlos a la mínima expresión; simplificar trámites; eliminar todo tipo de subvenciones; eliminar empresas públicas o semipúblicas que son competencia desleal y privilegiada, además de agencias de colocación para amigos, familiares o corruptos; y dejar de sustentar a ONG,s, Asociaciones o Fundaciones que están actuando como auténticas empresas camufladas pero con prebendas y que son competencia desleal y privilegiada”.●