“El proyecto DNExp trata de poner en contacto a quienes quieran emprender con los expertos nómadas digitales que viajan por el mundo”
Carlos Jonay Suárez – responsable de Digital Nomad Experiences (DNExp)
Una nueva iniciativa emprendedora se está desarrollando en Canarias en torno al mundo de los nómadas digitales. Se trata de Digital Nomad Experiences (DNExp) una plataforma digital, que en septiembre se pondrá en marcha y que tiene como principal aliciente poner en contacto a “quien quiera emprender con los expertos que están viajando a cualquier parte del mundo, que le pueda asesorar o formar, para lanzar un negocio, reorientarlo o capacitarlo para trabajar en remoto”, según explica el promotor de la iniciativa, Carlos Jonay Suárez, a CANARIAS EMPRESARIAL. Por ahora, DNExp participa en jornadas divulgativas, como la que organizó el pasado día 3 de julio, en Fuerteventura, junto al ITC y al Cabildo, para dar a conocer experiencias y oportunidades profesionales aplicables en la Isla como polo de atracción para nómadas digitales y emprendedores Erasmus.
-¿Esta ha sido la primera vez en la que Digital Nomad Experiences (DNExp) participa como organizador de una jornada?
“Ya hemos organizado dos jornadas en Tenerife, pero si era la primera que organizábamos fuera de la isla. Hice también algunas cosas, aunque muy pequeñas, en Lisboa donde estuve viviendo casi todo el año pasado, por asuntos relacionados con Digital Nomad Experiences y con el remote work”.
-¿Cuál es el objetivo de estas jornadas?
“Desde el proyecto Digital Nomad Experiences (DNExp), que comenzó siendo un espacio que se iba a abrir aquí en el sur de Tenerife y que luego derivó en una plataforma digital, nos hemos dado cuenta de la necesidad de que el sector privado y el institucional, en España y especialmente en Canarias, entiendan la importancia del rol del nómada digital para el sector económico. Y que el público en general sepa también que hay nuevas oportunidades tanto en la manera de trabajar como en los nuevos trabajos que están surgiendo”.
-¿El proyecto Digital Nomad Experiences (DNExp) en qué fase está?
“El proyecto está en fase alfa desde el mes de febrero. Estoy preparando la base, redactando un informe de todo lo vivido el año pasado en Lisboa, a donde fui para adquirir conocimiento, porque ahora mismo es la capital europea del nomadismo digital. Escribo sobre lo que se está haciendo allí a nivel institucional, la iniciativa privada, las asociaciones, los co-working, co-living… Ahora estoy poniendo esa información en orden, y a partir de septiembre se lanzará la plataforma y se empezará a testear. Se trata de que, quien quiera emprender en un sector determinado, pueda tener un experto que esté viajando a cualquier parte del mundo, con el que se pueda asesorar, formar o lanzar un negocio, reorientarlo o capacitarlo para trabajar en remoto. Esta es la iniciativa que tiene la plataforma”.
-¿A qué ámbito geográfico va dirigida la plataforma?
«Todo lo que tiene que ver con el mundo remote work y el mundo digital, para llegar a un público medianamente atractivo, debe estar escrito en inglés. Además he visto que en México y en Argentina está habiendo un boom del nomadismo digital, por eso me he planteado escribir parte de la plataforma también en español, pero eso sería en un paso posterior. Inicialmente la plataforma estará en inglés, y muchos de los expertos estarán localizados en Europa».
-¿Y la parte divulgativa de DNExp seguirán desarrollándola?
«Sí, porque aquí en Canarias todavía queda mucho por hacer en este sentido. La jornada en Fuerteventura fue una prueba piloto, que en términos de asistencia de público, fue mala, pero vimos que había interés por parte de las instituciones y de las empresas. Y estamos convencidos que esta experiencia se puede replicar en otras islas, corrigiendo los defectos. Esperamos que en noviembre podamos hacer algo parecido en Lanzarote, y posteriormente, aunque sea un poco más pequeño, en La Palma, La Gomera y El Hierro».
-¿Y se convertirán en eventos regulares que se repitan con cierta periodicidad?
«La idea es la de tender puentes con las instituciones que puedan servir para desarrollar futuras iniciativas, que no necesariamente tienen que ser eventos divulgativos, sino también jornadas de trabajo, formativas, de elaboración de proyectos con el sector privado, para dar algo con más de valor, de llevar entre todos los entes que participan estrategias en común para identificar recursos, localizar a la comunidad de nómadas, ver la capacidad para cerrar lazos con instituciones, empresas, movimientos europeos o mundiales. Al final, el atractivo es vender las islas como destino único, y de esa forma es muy difícil que cualquier otro destino del mundo nos supere. Nuestro marco europeo de condiciones de seguridad, de sanidad, de legalidad es mucho más estable que el de muchas regiones del planeta. Por eso tenemos muchas herramientas para competir, lo que hay que hacer es potenciarlas».
-¿Qué tipo de trabajos se pueden hacer desde el remote work?
«Cualquiera que sea sensible y factible de digitalizarse. El 31% del mercado se lo reparten entre el desarrollo de software, las aplicaciones para móviles y todo este mundo, y el 28% se lo lleva el marketing, el resto se divide entre el sector periodístico, el educativo (con videocursos), el coaching (asesoramiento fiscal y jurídico), y otros muchos que son sensibles de digitalizarse, o de profesionales que emprenden y ponen en marcha sistemas de e-commerce, ventas recursivas…»
-¿Cuáles son las expectativas del crecimiento del trabajo remoto en Europa, y en España en particular?
«Las olas suelen salir de Estados Unidos, y tardan un cierto tiempo en llegar a Europa, y algo más en llegar a España, y más concretamente a Canarias. Aunque hay que tener en cuenta que en los tres últimos años en las islas se ha avanzado mucho. Por estudios recientes realizados en 2017, que vienen de Estados Unidos, el 47% de la población activa ya trabaja en remoto. Se estima que en España se está en un 10%, que no es una mala cifra, con indicios de crecer hasta un 18% próximamente e ir dando saltos grandes. Sobre las cifras de los nómadas digitales se tienen menos datos, aunque se han hecho algunas encuestas. Hay que tener en cuenta que las condiciones son que se trabaje en remoto y que se viaje frecuentemente. A los que viajan más de dos o tres veces al año se les considera nómadas digitales. La tendencia dice que para el año 2022 estará entre un 50% y un 55% de la población activa».
-¿Y cuánto tiempo suelen estar en Canarias los nómadas digitales?
«Hay mucha variedad. Algunos vienen como turistas, que no tienen la etiqueta de nómadas digitales, que traen su equipo para seguir trabajando mientras pasan sus vacaciones, como los que tienen tiendas de e-commerce; otros sí se reconocen como trabajador en remoto o nómadas digitales. Estos últimos, a su vez, se dividen en dos movimientos: los más puristas que defienden el slow travel, que buscan mimetizarse con el entorno, y para eso deben permanecer en el sitio entre uno y tres meses, para conocer la ciudad, acudir a eventos locales, saborear la gastronomía…; y quienes se mueven más, y cada 15 o 20 días cambian de residencia, aunque esta corriente disminuye últimamente. Lo normal es que estén en el destino unos tres meses de media».
-¿Cuál es el interés que tienen estos nómadas digitales al venir a Canarias?
«Se sigue vendiendo mucho los alicientes del turismo tradicional, disfrutar de un clima agradable durante todo el año, y la calidad de vida en general, no solo poder hacer deporte al aire libre. Es un factor que ni siquiera hay que promocionarlo, ya viene dado y lo conocen la mayoría de los europeos. La isla que tiene más tracción, la que está haciendo de punta de lanza en este sentido, es Gran Canaria, sobre todo la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. Pero, los que vienen se sorprenden también de las otras islas, por la calidad de la conectividad, lo relativamente fácil que resulta llegar hasta aquí para cualquier nómada europeo, que está a menos de cuatro horas de avión de su lugar de origen. La plataforma logística, la plataforma alojativa que está muy desarrollada. Se sorprenden al comprobar la calidad del destino, y al verificar que son sitios vivos, que tienen actividad social, cultural y de ocio, para un nómada que viene solo o que viene en familia. Y valoran todo eso».
-¿Qué tipo de iniciativas publicas y privadas se deberían emprender para recibir en Canarias a más nómadas digitales?
«No necesariamente se deben crear grandes espacios de co-working. Las personas que acuden a estos espacios buscan participar y ampliar la comunidad. Muchos alquilan apartamentos, ya sea en las plataformas como Booking y Airbnb; también empiezan a estar en auge los co-living, espacios en el que se renta una habitación y el resto de servicios es compartido, algunos cuentan con espacios de trabajo. Esto último presta un gran servicio porque cada vez es más complicado encontrar un apartamento asequible sobre todo si se piensa pasar una breve estancia, y además, permite conocer a personas que están en la misma situación.
Creo que la iniciativa pública y privada debería estar dirigida a ofrecer este tipo de centros, espacios de co-living y de co-working. Las administraciones publicas deberían dar información y facilidades para desarrollar la actividad, incentivos para venir con la empresa a trabajar estacionalmente. Me refiero a incentivos fiscales, de espacios, de red, de empresas. El sector empresarial podría dirigir sus intereses hacia el que tienen esos profesionales, del sector tecnológico, aprovechar ese talento foráneo para que aporten tanto a la empresa privada, como a la comunidad estudiantil…
En cuanto a las redes de promoción, ya hay varios movimientos en Gran Canaria. En Tenerife, este jueves [por el día 19] se va a presentar otro movimiento, de marca público-privada para crear portales, hacer promociones especificas de turismo enfocada a este tipo de perfiles».
-¿Cómo se pueden beneficiar la sociedad y la economía canarias de la llegada de estos nómadas digitales?
«Lo importante no es atraer a nómadas o remote workers o startups, sino atraer talento. Muchas de estas personas trabajan en compañías tecnológicas con perfiles digitales. Están muy preparadas en el mundo de los negocios, que puede permear a la sociedad de las islas. Estas personas, si les resulta atractivo, participan de eventos en la comunidad local, hablan con las instituciones, con las asociaciones empresariales, con clústers. Lo que hay que hacer, a través de este tipo de iniciativas y eventos, es incentivar la implicación con la comunidad local. Es complicado para una persona que viene de fuera saber cuales son los intereses de la comunidad local y dónde se realizan esas actividades. Hay que abrir esas vías para que haya conexión y eso repercuta; y por otra parte, muy importante, es también que influya en la comunidad educativa, que tengan acceso a personas con estos perfiles tecnológicos».