“En el Mundial de Vinos Extremos, de 115 caldos canarios presentados, 38 recibieron premio”

Manuel Capote – enólogo y cofundador de Bodegas Balcón de La Laguna
La Gran Medalla de Oro “la pudo ganar cualquier otro vino de Canarias, porque de 115 caldos isleños presentados, 38 recibieron premio”. Aunque el principal galardón del Mundial de Vinos Extremos lo consiguió Ainoha Afrutado 2018, de Bodegas Balcón de La Laguna, cuyo cofundador, Manuel Capote, también es vicepresidente de la institución organizadora del certamen internacional, el Cervim (Centro de Investigación, Estudios, Protección, Coordinación y Valorización de la Viticultura de Montaña), según explica a CANARIAS EMPRESARIAL el enólogo y bodeguero. El Mundial de Vinos Extremos se celebró el pasado mes de julio en la ciudad italiana de Aosta.
-El Mundial de Vinos Extremos está organizado por el Cervim, del que usted es vicepresidente ¿Cuántas bodegas participaron en el último concurso?
«A la última edición se presentaron 915 vinos de 25 países, donde se hace viticultura heroica, entre ellos: Grecia, Italia, España, Portugal, Alemania, Suecia, Suiza, Argentina, Colombia… De Canarias fueron 115 vinos, de la islas de La Gomera, Gran Canaria, Lanzarote, El Hierro y Tenerife».
-¿Qué cualidades tienen estos vinos producidos por la viticultura heroica?
«La viticultura heroica tiene varios requisitos, sobre todo que se cultive en pequeñas islas, en mesetas y no en grandes extensiones de terreno. Priorizamos las pequeñas parcelas, los terrenos con fuertes pendientes, superiores al 15%, y desniveles superiores a 500 metros de altitud».
-Y en cuanto al resultado…
«Por ejemplo, en el caso de Canarias, los vinos son bastante peculiares, en el sentido de que nuestra viticultura está elaborada con la mano del hombre, el viticultor. Al tener estas dificultades que te he dicho antes, no pueden entrar en las parcelas grandes maquinarias, ni tractores ni vendimiadoras. La vendimia se hace de forma manual, lo que hace que esta agricultura sea bastante selectiva. Además de eso, cuando hablamos de viticultura heroica no solo nos referimos al vino, también al paisaje, al entorno, al contenido. Hacemos que la renta del viticultor tenga un valor añadido, a través del enoturismo, del turismo gastronómico u otra serie de actividades vinculadas al mundo del vino.
Con respecto a la viticultura canaria, hace un año y medio el Gobierno de Canarias organizó el congreso de viticultura heroica a nivel mundial, donde vinieron participantes de prácticamente todo el mundo. Se puso de manifiesto que la viticultura que se hace en Canarias es singular, diferenciada del resto del mundo en cuanto, entre otras cuestiones, a que no tenemos ‘filoxera’, nuestras cepas pueden alcanzar los 150 o 180 años de antigüedad, tenemos el patrimonio del ‘cordón trenzado’ de La Orotava, en la isla de Lanzarote se da la malvasía en conos volcánicos. Es decir, tenemos particularidades totalmente distintas al resto de la viticultura del mundo, y de ahí se ha puesto de manifiesto que nuestros vinos, aunque tienen pequeñas producciones, son muy valorados y muy apreciados».
-¿Además del Mundial de Vinos Extremos, qué otros eventos organiza el Cervim para promocionar este tipo de vinos?
«Dentro del Cervim, en la Agricultura Heroica de Montaña hacemos simposiums, conferencias, a lo largo del año en distintos países, no solo de Europa, donde ponemos de manifiesto este tipo de agricultura y se promocionan los vinos ganadores en el certamen, en el que se dan a degustar, se explican sus cualidades… Además, el Cervim realiza el perfil del distribuidor con este tipo de actividades. También tenemos un comité técnico científico, que de la mano de muchas universidades, elabora hojas de ruta con el Parlamento Europeo con nuevas aportaciones e investigaciones sobre el sector del viñedo».
-¿Con qué uvas está hecho Ainoha Afrutado de 2018, con el que consiguió la Gran Medalla de Oro?
«El premio lo pudo ganar cualquier otro vino de Canarias, porque como ya te comenté en este concurso de 115 vinos canarios presentados, 38 recibieron premios. Eso significa que estamos casi al 50% de efectividad. Le tocó la suerte a Ainoha Afrutado, porque depende mucho del panel de cata que toque cada día, pero se quedaron ocho vinos próximos a la Gran Medalla de Oro.
Ainoha Afrutado es un vino realizado con variedades de listán blanco, con un poco de moscatel de Alejandría, al que se le para la fermentación alcohólica para que queden restos de azúcares residuales, y se potencian los aromas a melocotón, frutas de flores blancas… Ese resto de azúcar residual lo hace muy agradable al paladar y sobre todo, como cualquier vino canario, tiene muchas notas de fruta en nariz».
-Consiguió tres medallas de oro más, con: Herrera Capote, de 2018; Capote Tinto, de 2018; y Ainhoa Dulce, de 2017…
«El Herrera Copete Tinto de variedad castellana, está fermentado en barrica de roble francés durante cinco meses, luego se pasa a embotellado, con una pequeña producción anual de unas 1.200 o 1.500 botellas, dependiendo del tipo de cosecha.
El Capote Tinto es un tradicional de listán negro y negra mol, con fermentación alcohólica con una maceración en torno a unos diez días. Es un vino que se asemeja a los vinos de uvas canarias, muy sabroso, muy redondo en boca.
Y el Ainhoa Dulce, que hace unos cuatro o cinco años también ganó la Gran Medalla de Oro en este mismo concurso, es un dulce con moscatel y listán blanco, y la cualidad que tiene la cosecha de 2017 es que estuvo 12 meses en barrica de roble, y eso le dio la redondez y la suavidad que le aporta la madera».
-¿En qué condiciones se cultivan las uvas de Bodegas Balcón de La Laguna para que sea un vino extremo?
«En este caso y en todos los casos de los vinos canarios, es extremo por la geografía propia de las islas. Casi todas los vinos de las islas reúnen las cuatro condiciones para ser extremo. Hay que pensar por ejemplo en La Palma, donde los viñedos de Garafía están a 1.600 metros de altitud; en Tenerife, en Vilaflor, se cultiva a 1.400 metros. Las zonas de medianías de Tenerife están entre los 500 y los 800 metros de altitud. En cuanto a las pendientes, es raro el lugar de las islas donde no se cultive en pequeñas terrazas, como en Tenerife, en Anaga y en Los Realejos; en Gran Canaria, en Tejeda y en Bandama…»
-¿Usted cultiva todas las uvas con el que se producen los vinos de Bodegas Balcón de La Laguna, o compra a otros productores?
«Nosotros cultivamos una parte, otra la compramos a otros viticultores. Nuestra bodega ahora mismo, como le pasa a la mayoría en Canarias, tiene un déficit de uva y no podemos tener este crecimiento. En nuestro caso tenemos una capacidad de unos 80.000 litros, y llevamos dos cosechas produciendo muy poca cantidad. Hay que recordar que hace unos ocho años, hablábamos de que no se vendía el vino canario, pero esa sinergia ha cambiado, y ahora afortunadamente todas las bodegas vendemos todo, y no vendemos más porque no tenemos».
-¿Qué haría falta para que aumentara la producción?
«Entre otras cosas, que se dejen de abandonar los terrenos que se están abandonando; que haya un relevo generacional en el que los jóvenes se convenzan de que se puede vivir del campo dignamente. Si los que vienen detrás no se creen que el campo es un oficio digno, y que es necesario para que el resto de ciudadanos puedan vivir, no saldremos de esta situación. Necesitamos que esta gente se sienta respaldada, donde tengan la confianza de que se puede vivir de esto y que el producto va a tener salida, y que luego, las bodegas o las cooperativas les paguen dignamente los productos».
-¿El vino de Bodegas Balcón de La Laguna se puede comprar en todas las islas de Canarias y en la Península?
«En la Península se está vendiendo algo a través de la empresa Gestión del Medio Rural (GMR) que hace una labor satisfactoria para las pequeñas empresas de producto local de Canarias. Facilita la estructura logística en la Península, y también aquí, donde bodegas como la mía, aprovechamos para llegar a centros comerciales y demás, a través de una negociación que hace GMR a nivel genérico, las bodegas no tenemos que aportar esas grandes cantidades que piden las cadenas comerciales para poder implantar un producto.
Concretamente, los vinos de mi bodega se pueden encontrar en Gran Canaria, La Gomera, La Palma, El Hierro y en Tenerife, gracias a GMR y también al grupo Jesuman que a través de sus supermercados, los canarios pueden disfrutar de nuestros vinos».
-¿Qué producción tiene anualmente? ¿Cuántas botellas produce?
«Podemos estar en unas 20.000 botellas anuales. Son producciones que nos gustaría subir, pero la realidad es que no hay mucha uva, y no podemos hacer milagros».