“La recuperación de Ten-bel, tal y como la planteamos, es un proyecto visto desde una perspectiva social, no especulativa”

Adrián Rodríguez Trujillo – arquitecto, miembro del colectivo Taller de Casquería, promotor del proyecto ‘Cooperativa de vivienda Ten-bel’
‘Cooperativa de vivienda Ten-bel’ es una propuesta, en la vertiente más comprometida, de Taller de Casquería, un colectivo madrileño de arquitectos cuya actividad creativa se mueve entre las instalaciones reivindicativas, las acciones provocativas y las performances estéticas. El tinerfeño Adrián Rodríguez Trujillo es uno de los siete componentes de este colectivo, que propone un modelo de gestión socioeconómica en comunidades cooperativas para las viviendas de la urbanización Ten-bel, del sur de Tenerife, que en los años 70 y 80 vivió un momento de esplendor y que ahora está en declive. Plantea negociar una compra masiva de viviendas, para: una parte (70% de las viviendas), ser ocupada por los socios de la cooperativa; y otra parte (30% restante), ser destinada a la explotación turística como sustento económico. Rodríguez Trujillo ha explicado a ABECE CONSTRUCTIVO las características de la iniciativa.
-La propuesta de gestión para recuperar Ten Bel, ¿tiene que ver con el colectivo Taller de Casquería?
“El proyecto nace en el seno de una investigación más amplia sobre la creación de modelos de gestión socioeconómicos en comunidades cooperativas. Ten-bel es la primera aplicación de un modelo determinado en una localización concreta. Esta investigación es una de las ramas de pensamiento en el que trabaja actualmente Taller de Casquería, un colectivo de arquitectos que tiene su sede en Madrid y al que pertenezco. Yo soy de Tenerife, por eso tengo una sensibilidad especial respecto al caso de Ten-bel. Veraneé allí de niño y fui testigo de sus años de esplendor. Ahora estoy en Argentina colaborando en un estudio de arquitectura por unos meses, pero en el mes de abril regresaré a España y seguiré trabajando en el proyecto”.
-Y, ¿cuál es la idea?
“La idea en términos generales es recuperar un lugar emblemático que cuenta con una arquitectura y unos espacios de calidad, implementando un nuevo modelo de gestión y uso. Hay tres factores fundamentales para plantear el proyecto de esta manera: por un lado, entender el turismo como motor de la economía canaria; por otro lado, la crisis inmobiliaria ha provocado una gran caída en los precios de la vivienda usada y un aumento de las viviendas vacías; y por último, la demografía del país, el aumento de la esperanza de vida y el descenso de la natalidad, que hacen que en un futuro próximo el número de jubilados crezca respecto a la población activa y el sistema actual de pensiones sea inasumible tal y como está planteado. Por eso planteamos la creación de una comunidad cooperativa de personas mayores de 50 años autosuficiente y autogestionada. El 70% de las viviendas estarán destinadas al uso de los socios de la cooperativa y el otro 30% a la explotación turística gestionada por la comunidad. Los beneficios de esta explotación revierten en la economía de la comunidad”.
-¿Esta iniciativa no la obstaculizarán los empresarios de hostelería, por entender que se trata de una competencia desleal?
“No lo creo, ya que se propone un tipo de turismo diferente al convencional, más relacionado con la convivencia, la transgeneracionalidad o el sentimiento de comunidad”.
-¿Cuál es la opinión de los interesados, los 1.700 propietarios? ¿Ven la iniciativa con buenos ojos?
“El proyecto de Ten-bel está en una fase inicial, en planificación estratégica, y no hemos hecho un estudio específico del lugar. No hemos hablado aún con los propietarios, aunque somos conscientes de la situación incierta en la que viven. Ten-bel está vacío, una gran parte de las viviendas están deshabitadas, e incluso algunas están tapiadas o en estado de ruina. La siguiente fase del proyecto consistirá en establecer diálogos con los propietarios y generar un movimiento asociativo de personas interesadas en el proyecto que se convierta en el germen de la cooperativa. Simultáneamente estamos preparando una publicación sobre los espacios y la arquitectura de Ten-bel, para hacer énfasis en el proyecto ideado por dos grandes arquitectos de Canarias: Vicente Saavedra y Javier Díaz-Llanos. Poner en valor esos espacios y reforzar la tesis de lo importante que es su rehabilitación”.
-Izquierda Unida Canaria tiene interés en este proyecto. Se han hecho eco de la noticia en su página de Facebook. ¿Algún otro partido político o colectivo ha mostrado interés?
“La recuperación de Ten-bel, tal y como la planteamos, es un proyecto visto desde una perspectiva social, no especulativa. Quizás por eso Izquierda Unida ha mostrado su interés, aunque aún no hemos establecido ningún tipo de diálogo. También, la asociación ‘Empléate en la economía social’ mostró interés en su página de Facebook”.
-En el sur de Tenerife creo que hay muchas urbanizaciones en circunstancias parecidas. ¿Crees que esta propuesta de gestión se puede generalizar y aplicar a otros muchos casos?
“Es cierto que la situación sociourbanística que existe en Ten-bel es similar a la de muchas urbanizaciones y complejos turísticos de las Islas. Creo que el germen de la idea puede ser aplicada en muchos otros lugares de las Islas”.
-¿Crees que hay una falta de imaginación para buscar soluciones a la situación en la que se encuentran estas urbanizaciones abandonadas?
“No sé si en la aplicación de soluciones a estas situaciones existe falta de imaginación o simplemente es falta de motivación. Parece que si un proyecto no es rentable a corto plazo no es válido. Si no tiene un rédito económico inmediato no es interesante”. ●