“Hoy en día hay una sensibilidad general con la arquitectura bioclimática”

Pedro Romera – Fundador del estudio Romera y Ruiz Arquitectos
En el año 1999 Pedro Romera y Ángela Ruiz fundaron el estudio Romera y Ruiz Arquitectos, ocupado en especial en la arquitectura bioclimática y en general en “la arquitectura hecha en el lugar”. Durante este tiempo han visto como ese afán suyo, que al principio se percibía como extraño, ha calado progresivamente en la sociedad y en el colectivo de profesionales. El pasado mes de noviembre recibieron el máximo galardón de los ‘Premios Endesa a la Promoción Inmobiliaria Más Sostenible’ por el edificio ‘Incube’ promovido por el Cabildo de Gran Canaria a través de su sociedad de promoción económica. Pedro Romera ha explicado a ABECE CONSTRUCTIVO las peculiaridades de su construcción.
-El jurado valoró de su proyecto “el sistema de comportamiento pasivo y de protección e inercia térmica”. ¿En qué consiste?
“Es un edificio que almacena energía. Nunca se llega a calentar fruto del soleamiento y de la radiación solar. Por la noche se enfría, almacena, y por el día hay una transferencia de calor tanto interior como exterior. El cerramiento es un prefabricado de hormigón, que se utilizó a raíz de los materiales de la demolición de la nave que había allí. Al echar abajo la construcción antigua, los residuos no se llevaron al vertedero, sino que se reutilizaron en el panel prefabricado. Fue una obra de 1.600 metros cuadrados, que se montó en cuatro meses. Y básicamente el comportamiento es llegar a ese equilibrio de intentar utilizar todas las energías del lugar”.
-¿La austeridad expresiva de la formalización externa se debe al objetivo de conseguir el máximo aprovechamiento de la energía?
“Sí, más que almacenamiento de energía, lo que hace es protegerse del sol. La máxima longitud de la fachada da a poniente, a oeste, y se dispusieron todos los huecos con una orientación norte-sur. De tal manera, que no recibe el soleamiento más agresivo, entre las doce del mediodía y las tres de la tarde, el de poniente. Al sur tiene un sistema de protección solar y al norte nunca da el sol, con lo cual, la luz que entra es la necesaria, pero no calienta, no se genera el efecto invernadero, al no existir vidrios recibiendo sol durante las horas más calurosas del día”.
-El estudio lo montaron en el año 1999. ¿Ya entonces les preocupaban las edificaciones bioclimáticas?
“Sí, llevamos bastantes años con esto. Al principio se veía como una actividad extraña. No estaba la sociedad tan concienciada como ahora. Ya habíamos quedado finalistas en otras ocasiones de este premio, y hemos obtenido otros premios utilizando soluciones que intentan utilizar las energías del lugar, sobre todo con sistemas pasivos: utilizando las protecciones solares, orientando bien la arquitectura, dimensionando los huecos de fachadas perfectamente adaptados a un lugar concreto, para que la utilización de la iluminación sea la mínima. Hay muchos edificios actualmente que tienen unas orientaciones estupendas pero están todo el día con la luz artificial encendida, en días que hay una buena radiación solar. Eso es un derroche de energía que repercute, por un lado en el coste económico, y por otro, en la contaminación”.
-¿Los arquitectos canarios están concienciados de la importancia del aprovechamiento de la energía?
“No todos. Creo que es un hecho cultural. Pedirle a un edificio que se construyó hace 15 ó 20 años, que fuera bioclimático es difícil. Sin embargo hoy en día sí hay una conciencia general en el colectivo que hace que tengan más sensibilidad. Aunque siguen habiendo ejemplos de personas que continúan haciendo arquitectura independientemente del lugar. Si hay algo que nos caracteriza en Canarias, es que tenemos condiciones específicas de soleamiento, de humedad, de viento predominante. Yo siempre pongo el mismo ejemplo, el del aire acondicionando gratis que tenemos, que se llama Alisio y que sopla todo el año en dirección nornoreste. Es una pena que en muchas ocasiones no se utilice bien como elemento de ventilación natural y de refrigeración de las distintas estancias. Soy un defensor de la arquitectura hecha en el lugar. Cada vez más la sociedad demanda edificios que tengan una certificación energética superior, porque consumirán menos energía y serán más económicos de mantener. Hoy en día ya es rentable. Un edificio bien dimensionado desde el punto de vista bioclimático, el incremento económico que ronda entre el 15% y el 20%, respecto a una arquitectura que no está bien dimensionada, se amortiza entre 4 y 6 años”.
-¿Los edificios de más de 20 años por qué tienen generalmente una calificación baja en sus certificaciones energéticas?
“Ese creo que es el gran reto que tenemos actualmente. Si hay algo positivo que sacar de la situación actual de crisis económica, es que nos está permitiendo reflexionar, estudiar, analizar, todo lo que hemos hecho en años anteriores, y cómo lo tenemos que hacer a partir de ahora. Eso también está haciendo que todo el mundo piense muy bien cómo intervenir en lo ya existente. Tenemos un patrimonio arquitectónico muy grande que tenemos que mantener y creo que en los próximos 10 años, irá por ahí el ejercicio profesional. Hay muchas soluciones, rentables, que con poco pueden mejorar el aislamiento térmico de una envolvente y mejorar la certificación energética de un edificio antiguo”.
-¿Cree que en los planes de renovación de los hoteles canarios se tendrá en cuenta le eficiencia energética?
“Creo que sí, porque además lo percibo. En el sector turístico más cercano, en el sur de Gran Canaria, la gran mayoría calientan el agua con energía solar térmica. Desde el momento en el que las actuaciones tengan una rentabilidad inmediata, el empresario turístico está muy abierto a aplicarlos, incluso la conciencia social. Ya hay complejos turísticos que se publicitan siendo ejemplo de sostenibilidad con respecto al medio”.
-En estos momentos de crisis económica, ¿los compradores de nuevas viviendas tienen en cuenta cada vez más la eficiencia energética?
“En estos momentos de crisis tan aguda la gente ha establecido una serie de prioridades, y esta no es la primera. Desde el momento que haya mayor solvencia económica, sí estoy seguro que vamos a despegar, como ha ocurrido en otros países de Europa, donde es rentable. Además, hay una cuestión que es básica, la cultura, lograr no degradar más el medio ambiente”.
-¿Los premios le han reportado mayor número de encargos?
“Los premios son un reconocimiento que no tiene rédito de forma inmediata. Sin embargo, lo que sí percibo es que el cliente busca la calidad que nosotros le ofrecemos. Los reconocimientos son una satisfacción personal. El poder continuar, saber que el esfuerzo diario que hacemos, tiene reconocimiento. Aveces no se aprecia todo el esfuerzo que hace el estudio, un equipo multidisciplinar formado por arquitectos, aparejadores, ingenieros, biólogos, que colaboran, aportan y todos participan. Siempre intentamos que cada proyecto sea también un pequeño proyecto de investigación, que se modelice, se estudie, no solo cuando se termina, sino previo, en el momento de la construcción, y una vez terminado. Solemos monitorizarlos y durante un tiempo los testeamos, para ver si están funcionando bien. ●